Teresa Rey
Medicina preventiva
Aprende a prevenir las enfermedades más frecuentes del verano
Las más habituales son las terminadas en "itis": otitis, cistitis, gastroenteritis o conjuntivitis
El buen tiempo, que nos acompaña siempre para disfrutar de actividades al aire libre, es también el momento que mucha gente utiliza para viajar y aprovechar para darse un chapuzón en la piscina o el mar. En verano, podemos hacer estas cosas y otras, pero no es una época exenta de enfermedades. Por ello, es recomendable conocerlas y tomar precauciones para evitarlas. ¿Cuáles son las más habituales?
Otitis
La otitis es uno de esos trastornos recurrentes del verano. Se produce generalmente por una infección a consecuencia de un virus. Aparecen secreciones, con dolor intenso y fiebre. Si es así, podemos tomar analgésicos para el dolor, explican desde la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitarias (SemFYC @semfyc). También hay que evitar que entre agua en los oídos, pero sin llegar a usar tapones. Debemos acudir al médico si el dolor es intenso o la fiebre muy alta, si aparecen vértigos, en el caso de supuraciones o si tras 48 ó 72 horas el tratamiento inicial no surte efecto.
Cistitis
La cistitis es una inflamación de la vejiga que acontece debido a una bacteria. Podemos detectarla si tenemos ganas de orinar con frecuencia, si cuando hacemos la micción sentimos ardor, si la orina tiene un olor intenso o un color fuerte o presentamos dolor pélvico o presión en la parte inferior del abdomen.
Las recomendaciones para prevenir la cistitis son beber mucha agua, secar las partes íntimas de adelante hacia atrás y, al lavar la zona con el ano, hacerlo de forma suave y sin usar jabones ásperos. Es bueno ir al baño con frecuencia y orinar cuanto antes tras tener relaciones sexuales.
Gastroenteritis
Este trastorno intestinal también se desarrolla por un virus que se encuentra en alimentos o agua contaminados, aunque si una persona está infectada, nos lo puede transmitir. Generalmente se experimenta diarrea, vómitos, dolor en el abdomen o la cabeza, escalofríos y fiebre.
Una manera de prevenirla es lavarse las manos con frecuencia y vigilar nuestros hábitos de higiene a la hora de cocinar. Aunque suele curarse espontáneamente, sin tratamiento, hay que vigilar la hidratación y no dejar de beber en estos episodios, pues con la diarrea y los vómitos se pierde gran cantidad de líquidos.
Conjuntivitis
Esta es una afección del ojo que inflama la conjuntiva, la membrana que recubre el interior del párpado y la zona blanca del ojo. Se origina por virus, bacterias, alergias o sustancias irritantes como el cloro de las piscinas. Cuando tenemos conjuntivitis, el ojo aparece inflamado en el interior del párpado o la parte blanca, también surgen legañas o hay picazón e irritación, entre otros síntomas.
Entre las medidas que podemos tomar para evitarla, destaca no frotarse los ojos, lavarse las manos con agua tibia y jabón de forma continua y no compartir los productos de higiene personal, entre otras.