Teresa Rey
Medicina preventiva
Causas del deterioro auditivo en mayores y qué se puede hacer para prevenirlas
Lo más importante es evitar exponerse a los ruidos intensos y realizarse revisiones periódicas
La disminución gradual de la capacidad de oír es una circunstancia asociada al envejecimiento y común en las personas mayores. Según el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés), cerca de una de cada tres personas de entre 65 y 74 años presentan algún nivel de pérdida de audición. Mientras que ya a partir de los 75 años casi la mitad de las personas tienen dificultades para oír.
Las presbiacusia
Las causas de este deterioro se deben a diferentes motivos. Por un lado, se puede producir una pérdida progresiva de la audición llamada presbiacusia, y que en algunos casos comienza a presentarse incluso a partir de los 50 años. Es difícil percatarse de que este deterioro está aconteciendo porque además de realizarse poco a poco lo que se pierde es el nivel de las frecuencias agudas. Esto implica no que se deje de oír, pues se oyen los sonidos y a las personas, pero no se entiende lo que dicen.
Se desconoce por qué este fenómeno afecta a unas personas más que a otras. Además de la edad se cree que tienen que ver cuestiones genéticas, otras enfermedades o el hecho de haber estado expuesto al ruido.
También hay personas que experimentan este deterioro específicamente por una exposición a un ruido fuerte y continuo durante muchos años. Esto es algo que les puede suceder a individuos que han trabajado en diversos sectores como la construcción, la música o trabajadores del campo o de aeropuertos. En estos puestos los ruidos fuertes van dañando las células ciliadas sensoriales que están ubicadas en oído y que son las que nos permiten oír. Cuando estas se ven alteradas, ya no crecen más y así disminuye nuestra capacidad para escuchar correctamente.
Al ser mayores hay unos problemas médicos que pueden acrecentar esta condición, como la presión arterial alta o la diabetes. Algunos fármacos, como los empleados para la quimioterapia, producen daños en las células sensoriales. En menor medida, ciertas anomalías en el oído externo o medio generan esta degradación.
La audición también puede verse afectada por virus o bacterias, enfermedades cardiovasculares o ataques cerebrovasculares, lesiones en la cabeza y tumores. En general, en los mayores que presentan presbiacusia la tienen tanto por una mezcla de factores asociados a la edad como por una exposición al ruido.
Consejos
Las pérdidas auditivas provocan en ocasiones cambios de conducta en los afectados. Tienden a retraerse y deprimirse, pues al presentar dificultades en la comunicación debido a que no oyen bien, suelen aislarse. Para evitar llegar a esta situación al notar los primeros síntomas debemos comentarlo con nuestros familiares y el entorno que nos rodea y acudir a un especialista para que nos realice un diagnóstico adecuado.
Si este deterioro no se trata a tiempo la capacidad del cerebro para recordar sonidos cotidianos se puede ver alterada. Los canales auditivos empiezan a no funcionar bien y esto incide en la conducción de las señales sonoras que con el tiempo serán más defectuosas, de modo que acabarán olvidándose o no reconociéndose, tal y como indican varios expertos en el informe Personas mayores y pérdida de audición.
Un diagnóstico tardío, al que se unen otros problemas vinculados con el envejecimiento, puede hacer que sea más complejo adaptarse a una prótesis auditiva en el caso de que este sea necesaria. La adaptación protésica consiste en un proceso de seguimiento y rehabilitación que son más sencillos cuanto antes se realicen, ya que al final lo que se pretende con este tratamiento es que el mayor vuelva a tener su independencia y recupere su comunicación normal en las interacciones sociales.
En el caso de tener dudas de si realmente estamos experimentado este deterioro podemos consultar con nuestro médico habitual, para que él determine si es necesario o no que acudamos a un otorrinolaringólogo.
Los familiares y el entorno juegan un papel importante en este contexto. Por eso si notamos que hemos perdido audición se lo tenemos que hacer saber para que no se pierda la buena comunicación. Al principio puede ser necesario que hablen más alto pero no gritando, y además vocalizando mejor y con una claridad mayor. De igual modo es importante que al hablar podamos ver la cara de nuestro interlocutor pues de este modo, observando los gestos y expresiones, es más fácil entender en general lo que nos quieren decir.
Prevención
Prevenir la pérdida de audición con el paso de los años es algo que no está muy claro, pues es un proceso indefinido y en el que intervienen varios factores. No obstante, sí se pueden adoptar medidas para cuidar los oídos.
En el caso del ruido es muy fácil pues lo se debe hacer es protegerse de éste en la medida de lo posible. Hay que alejarse de aquellos lugares donde haya sonidos muy fuertes y que se prolonguen en el tiempo. Los más peligrosos son los que provienen de escuchar música por encima de los decibelios recomendados, los aparatos de jardinería, las armas de fuego, etcétera. Para paliar sus efectos en algunos casos si lo vemos necesario podemos acudir a tapones u orejeras.
Es aconsejable también hacerse revisiones cada cierto tiempo y en cuanto notemos síntomas consultar con nuestro médico.