Carlos Losada
Medicina preventiva
¿Cómo afecta el consumo de alcohol a la piel de los mayores?
No solo provoca un aspecto más envejecido, sino que puede ser origen de males mayores
El consumo no moderado de alcohol es una fuente de problemas para las personas, sobre todo si son mayores. Si nos atenemos a las cifras de la Organización Mundial de la Salud, nos encontramos con que al año se producen 3 millones de muertes en todo el mundo como consecuencia del consumo nocivo de alcohol, es decir, un 5,3% del total de defunciones. Además, tal y como explican en esta organización, “el uso nocivo de alcohol es un factor causal en más de 200 enfermedades y trastornos”, y añaden: “En general, el 5,1% de la carga mundial de morbilidad y lesiones es atribuible al consumo de alcohol, calculado en términos de la esperanza de vida ajustada en función de la discapacidad (EVAD)”. Asimismo, hay una clara relación entre dicho consumo nocivo de alcohol y algunos trastornos mentales y comportamentales, además de las enfermedades no transmisibles y los traumatismos. A todo ello se suman pérdidas sociales y económicas importantes, tanto para las personas como para la sociedad en su conjunto.
Entre los perjuicios citados para la salud también se encuentran los daños que el alcohol provoca en la piel de las personas, especialmente entre las personas mayores, ya que por regla general es a quienes peor les sienta su ingesta. A continuación repasaremos los efectos nocivos teniendo en cuenta que hablamos de un abuso del alcohol y no de un consumo moderado y adecuado para cada edad.
Cómo afecta el consumo de alcohol a la piel
Ya sea por un consumo excesivo continuado (el peor de los casos), o por uno circunstancial (en fiestas, celebraciones y demás), la piel va a sufrir en mayor o menor medida y a sentir divrsos efectos.
- Demasiado trabajo para el hígado. Cuando se bebe mucho alcohol, uno de los órganos que más tiene que trabajar es el hígado, clave para poder digerir ese tipo de sustancia, pero también para la liberación de toxinas en nuestro aparato digestivo. Esto puede provocar que haya una acumulación de grasa en la piel, provocando granos o acné, de modo que si después de una cena, una comida o una salida en la que hayas bebido demasiado notas la aparición de granitos, por ejemplo en el rostro, es probable que se deba a este hecho.
- Adiós, vitamina A. Cuando se ingiere una buena cantidad de bebidas alcohólicas (cuanta mayor gradación tengan, será peor), los niveles de vitamina A se reducen. Esto se refleja en el estado de la piel, ya que se experimenta una mayor sequedad e incluso descamaciones. A su vez, ambos efectos desembocan en un envejecimiento prematuro de la piel. En este sentido, si el consumo nocivo de alcohol no es habitual y solo se debe a un día de celebración, es recomendable hidratar la piel a posteriori de cara a afrontar esa reducción de la citada vitamina A.
- Menos antioxidantes. El envejecimiento acusado de la piel también se debe a una disminución de la tasa de antioxidantes. Esto conlleva que no sea posible defenderse de los radicales libres, de modo que la piel pierde brillo, parece más flácida y las arrugas se hacen más visibles, ya que además el oxígeno llega peor a la superficie. El resultado conlleva incluso la aparición de manchas y una clara falta de flexibilidad en la epidermis.
- El peligro de la psoriasis. Al tomar demasiadas bebidas alcohólicas, las células de la piel pierden inmunidad, lo que puede desembocar en la aparición de psoriasis.
Más problemas en las pieles mayores
Las consecuencias de la ingesta inadecuada de bebidas alcohólicas son más acusadas en la población de más edad, habida cuenta por un lado, que suelen contar con menos defensas y un menor poder de recuperación, y por otro, que necesitan una mayor hidratación para que la piel luzca brillante y no cetrina y apagada. De ahí que las arrugas sea hagan más profundas, la sequedad aumente e incluso se produzcan eccemas.
Consecuencias peores
Más allá de problemas “menores” en la piel y de un envejecimiento mayor de la misma, existen otros riesgos mayores. Y uno de ellos lo expuso el British Journal of Dermatology en un estudio realizado hace algo más de dos años, en el que pone de manifiesto que un consumo continuado de alcohol podría aumentar las opciones de sufrir carcinomas cutáneos de células escamosas y carcinomas de células basales. Estos son tipos de cáncer no melanoma que están relacionados con la ingesta de bebidas alcohólicas. De hecho, tal y como apuntan los autores “por cada incremento de 10 gramos de ingesta de alcohol por día, el riesgo de carcinoma de células basales aumenta un 7%, mientras que el de células escamosas lo hace un 11%”.
“Este es un hallazgo importante, dado que hay pocas maneras de prevenir el cáncer de piel”, añade el doctor Eunyoung Cho, autor senior del análisis que viene a demostrar esta relación.