Teresa Rey
Medicina preventiva
Cómo detectar una intoxicación alimentaria por la bacteria 'Campylobacter'
Es uno de los 4 microorganismos que más problemas intestinales desencadena en el mundo
Las bacterias que pueden provocar intoxicaciones alimentarias son distintas, siendo uno de ellas la Campylobacter. Según la Organización Mundial de la Salud esta es una de las cuatro principales causas mundiales desencadenante de diarreas. Las enfermedades contraídas por estos bacilos por lo general no son graves, pero en el caso de niños o personas mayores o personas inmunodeprimidas pueden suponer un riesgo mayor.
Los portadores
Los Campylobacter son un grupo de bacilos con forma espiral, de ese o curvados. En total comprenden 17 especies y 6 subespecies. Las que se detectan en los humanos de una forma más habitual son la C. jejuni y C. coli, y con menos frecuencia C. lari y C. upsaliensis.
A la enfermedad provocada por esta bacteria se la conoce como campilobacteriosis. Y los síntomas surgen entre dos y cinco días de la infección, aunque se dan casos en los que transcurren hasta 10 días. Las manifestaciones son las habituales de una intoxicación alimentaria, es decir, dolor abdominal, diarreas, náuseas, vómitos, fiebre o dolor de cabeza.
Estos microorganismos se encuentran sobre todo en carnes de aves, porcinas, vacunas o también ovinas y de avestruz, e incluso se han hallado en los mariscos. Además, las mascotas como perros y gatos pueden ser portadores de las mismas.
Se considera que la principal forma de su transmisión es a través de los alimentos sobre todo de carnes poco cocidas o leches sin calentar que están contaminadas, aunque el agua o el hielo también pueden poseerla.
¿Si no se elimina?
En un principio, el calor y las altas temperaturas de las cocciones eliminan la mayor parte de las especies Campylobacter, pero a veces puede producirse algún fallo en el proceso de cocinado o de preparado de los productos que no termine de eliminar la bacteria, y que al final provoque la infección.
En cualquier caso, las medidas que debemos adoptar en casa para evitar que este organismo se instale en nuestro intestino son las mismas que ante cualquier otro. Es decir, hay que respetar las medidas de higiene a la hora de preparar los alimentos.
En cuanto al tratamiento, sucede lo mismo que en otros casos similares, hay que esperar a que la bacteria desaparezca, y mientras tanto la prioridad es la reposición de líquidos para evitar la deshidratación.