Verónica Mollejo
Medicina preventiva
Rico y ¿perjudicial? Las consecuencias de masticar chicle con frecuencia
¿Sabías que comer chicle a diario puede causar estragos en la salud de tu dentadura y tu mandíbula?
El chicle es una de las golosinas más universales, una goma masticable que encuentra su origen hace millones de años, pues los mayas y los aztecas fueron los primeros en explotar sus propiedades. De hecho, hace unos años se encontró en Finlandia una goma de mascar de 6.000 años de antigüedad.
Sin embargo, el producto ha cambiado mucho con el paso del tiempo. En aquella época, se trataba de una goma procedente de la savia del árbol Manilkara zapota o bien el alquitrán que reside en la corteza del abedul. Una composición que ahora incluye ingredientes más artificiales y procesados como, por ejemplo, el acetato de polivinilo o la goma de xantano.
Eso sí, todo ello queda enmascarado por su dulce sabor, que dura sin descanso varias horas. Esta cualidad se encuentra detrás de algunos de sus supuestos beneficios como, por ejemplo, mejorar la concentración, aliviar la ansiedad, calmar las náuseas, reducir la acidez de la boca o ayudar a dejar de fumar, recordemos la existencia de los ya célebres chicles de nicotina. Lamentablemente, según exponen algunos expertos, no es oro todo lo que reluce.
Un flaco favor a tu dentadura
Debido a su sabor, su durabilidad y el carácter adictivo que a veces provoca, muchas personas recurren a esta gominola casi a diario. Un uso excesivo que puede causar estragos en tu organismo, especialmente en la dentadura y la mandíbula. ¿Cuáles son los inconvenientes que acompañan al chicle?
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El chicle no es un alimento, eso es un hecho. Por eso, al masticar tanto tiempo sin que nada llegue al estómago, tu organismo puede sentirse engañado y sufrir irritación intestinal, ardor, gases o acidez.
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En este sentido, si masticas el chicle con demasiada fuerza o de manera muy frecuente, tu dentadura puede verse perjudicada. ¿Cómo? Desgastando las articulaciones témporo-mandibulares o deteriorando el cierre de la boca, una función conocida como oclusión dental.
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Es cierto que muchos chicles ya no incluyen azúcar en su composición, pero sí otro tipo de edulcorantes. El aspartamo es uno de ellos, el cual contiene a su vez fenilalanina, una sustancia sumamente nociva para aquellas personas que padecen fenilcetonuria, una enfermedad hereditaria que afecta al desarrollo del cerebro. Afortunadamente, las marcas que lo contienen lo indican en su etiquetado.
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Asimismo, otras marcas también utilizan sorbitol, otro tipo de azúcar, que en exceso puede actuar como laxante, ocasionando diarrea crónica, dolor estomacal o deshidratación.