Mariola Báez
Medicina preventiva
Dedos en garra o en martillo, ¿qué es esta patología y cómo podemos prevenirla?
Mariola Báez
Sábado 20 de abril de 2019
ACTUALIZADO : Lunes 19 de julio de 2021 a las 14:05 H
3 minutos
El agarrotamiento de los dedos de los pies puede llegar a ser doloroso y restar movilidad
Tal como señala el Colegio Profesional de Podología de la Comunidad de Madrid (COPOMA), los dedos en garra es una dolencia incluida entre las múltiples patologías que puede presentar, principalmente, el pie geriátrico. Se trata de una alteración ósea que lleva a la progresiva deformación de las pequeñas articulaciones que se encargan de dar movilidad a los dedos de los pies.
Los dedos en garra o en martillo pueden manifestarse con distintos niveles de gravedad, que van desde una cierta molestia, por la falta de flexibilidad, hasta un anquilosamiento severo que resulta doloroso y que, además, genera dificultades a la hora de andar con normalidad a las personas mayores.
Qué provoca esta patología y cómo se puede tratar
El nombre lo dice todo. Los dedos de los pies no se estiran con normalidad y quedan flexionados, con los nudillos prominentes, como si fuesen parte de la estructura de una garra.
Las causas que provocan esa deformidad de los dedos son varias. La forma y altura del arco del pie, la propia manera de caminar, el uso de un calzado inadecuado, que aprisione los dedos, o la interrelación con otras dolencias como puede ser la presencia de juanetes son solo algunas de las más habituales. También, según apunta el Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos, hay algunas causas externas que pueden incidir en la aparición de esta dolencia y que podrían evitarse de manera sencilla. Por ejemplo, el uso de chanclas, tan común en el verano, favorece esa tendencia de los dedos al agarrotamiento (al intentar sujetarlas a cada paso para que no se "escapen").
Esto no quiere decir que sea un tipo concreto de calzado el responsable. En la aparición de esta patología siempre intervienen factores diversos que parecen haberse puesto de acuerdo.
El propio desgaste que sufren las articulaciones y la aparición de otras dolencias, como la artritis o la artrosis, son situaciones que también pueden influir. Aun así, prestar atención y entender que el cuidado de los pies es parte de las medidas necesarias para gozar de buena salud puede evitar que los dedos de garra se conviertan en un serio problema.
Existen centros especializados en el tratamiento de esta patología a la que se le puede poner freno si se diagnostica y trata a tiempo, es decir, cuando los dedos presentan deformidad, pero conservan parte de su flexibilidad. Fisioterapia para corregir la pisada o plantillas de uso terapéutico que ayuden a los dedos a mantenerse extendidos,pueden llegar a evitar, en ocasiones, que la patología prospere. También la microcirugía del pie puede ser una solución en los casos más graves, aunque siempre será el podólogo especialista quien determine las medidas a tomar.