Victoria Herrero
Medicina preventiva
La depresión en los mayores también puede manifestarse en forma de dolencias físicas
Dolores musculares, abdominales, cansancio o falta de energía son algunas de esas señales evidentes
Cuando hablamos de la depresión en el caso de los mayores, no solo nos referimos a un plano que afecta a nivel mental sino que también muestra su cara más amarga en forma de dolencias físicas. Es una de las consecuencias de este tipo de patologías mentales que, para la Organización Mundial de la Salud (@WHO), se incrementarán en las próximas décadas.
Salvo algunos casos de depresión que se relacionan con enfermedades como el Párkinson, por ejemplo, como explican desde la Clínica Universidad de Navarra (@ClinicaNavarra), esta afección mental se debe a la interacción de unos factores biológicos con otros de tipo psicosocial (cambios en el ámbito personal, laboral, familiar..) y de personalidad.
Y es que este trastorno depresivo viene de la mano de una mayor incapacidad y una peor de calidad de vida, en el caso de las personas que han superado la barrera de los 65 años. Señales inequívocas de ese malestar físico que se traduce en una disminución de la esperanza de vida.
Así, además de las señales psicológicas relacionadas con la apatía, la tristeza o los pensamientos negativos, este colectivo poblacional manifiesta, en relación con ese cuadro depresivo, molestias abdominales, contracturas musculares, dificultad para conciliar el sueño, una falta de energía, cansancio, pérdida de peso o una disminución de la libido. Por no hablar de los dolores que se relacionan (erróneamente) con la sintomatología de enfermedades graves que no se pueden curar. En estos casos, es importante que un médico valore la situación para descartar que ciertas enfermedades se encuentren detrás de una depresión de tipo orgánico.
Prevención para que la depresión no empeore
Además del tratamiento farmacológico, así como del seguimiento especializado con herramientas de tipo terapéutico, las personas mayores que cuentan con un cuadro de depresión pueden llevar a cabo varios hábitos saludables para mejorar su situación.
Un cambio de actitud y de acción que pasa por cuidarse en un plano físico (por medio de una alimentación saludable y algo de ejercicio físico), ir tomando poco a poco las riendas de su vida ocupándose de los quehaceres y las responsabilidades que tenía anteriormente, además de trabajar todo lo relacionado con los pensamientos positivos o la confianza en uno mismo.
En este sentido, el mantenimiento de una buena red social y familiar, y la detección precoz también ayudan a minimizar o compensar los factores externos que conducen a esa enfermedad depresiva en personas mayores.