Verónica Mollejo
Medicina preventiva
Diferencias entre la pérdida de memoria y el deterioro cognitivo leve
Verónica Mollejo
Foto: Bigstockphoto
Viernes 20 de marzo de 2020
ACTUALIZADO : Viernes 20 de marzo de 2020 a las 8:12 H
4 minutos
Ambos problemas son muy comunes en la tercera edad y suelen confundirse debido a sus síntomas
A medida que el ser humano cumple años, las funciones de su cerebro pueden empeorar considerablemente, sacando a la luz problemas del habla, alteraciones de los sentidos y las emociones, depresión, demencia o incluso patologías mucho más severas como el párkinson o el alzhéimer. Dentro de este grupo de afecciones destacan dos en particular, debido a su alta incidencia: la pérdida de memoria y el deterioro cognitivo leve, ambas asociadas a la edad y muy corrientes una vez cumplidos los 60 años.
Sin embargo, a pesar de su frecuencia, resulta muy complicado diferenciarlas, pues sus síntomas son muy similares y, en la mayoría de casos, la persona sigue siendo dependiente y puede realizar sus actividades rutinarias, conviviendo así con los problemas que puede provocar el olvido. Entonces ¿cómo podemos distinguir ambas afecciones?
Dos diagnósticos muy similares
Para aquellos que todavía no lo sepan, el deterioro cognitivo leve es un estado previo a la demencia, consecuencia del envejecimiento natural. Tal y como hemos visto anteriormente, su presencia implica algunos cambios en funciones mentales como el lenguaje, el juicio, la atención y la memoria. “Es posible que el deterioro cognitivo leve aumente el riesgo de padecer demencia en el futuro, causada por la enfermedad de Alzheimer u otro trastorno neurológico. Pero algunas personas con deterioro cognitivo leve nunca empeoran y algunas mejoran con el tiempo”, explican desde la célebre Clínica Mayo.
Así, entre los síntomas propios del deterioro cognitivo leve destacan perder el hilo del pensamiento o las conversaciones, olvidar eventos importantes, volverse más impulsivo o tener dificultades para ubicarse en entornos familiares. Además, todos estos cambios suelen ser visibles para aquellas personas que están a tu alrededor.
Por su parte, la pérdida de memoria, que normalmente también está asociada a la edad, suele afectar únicamente a los recuerdos y hechos más recientes, siendo esta una de las características que la diferencia del deterioro cognitivo leve. Este signo también puede ser transitorio, es decir, puede presentarse durante un periodo corto de tiempo, para luego resolverse. En su caso, las muestras más habituales suelen ser despistes que, a priori, no tienen importancia como olvidarse de comprar el pan o de cerrar el grifo, no recordar el nombre de personas que no ves a menudo o la hora de la próxima cita del médico.
¿En qué se diferencian ambas afecciones?
Aunque con su definición quedan claras las diferencias entre la pérdida de memoria y el deterioro cognitivo leve, lo cierto es que hay algunos detalles que marcan aún más esa desigualdad. Por ejemplo, el deterioro cognitivo leve suele aparecer entre los 60 y los 80 años de edad. De hecho, son muchos los estudios que aseguran que el 15% de las personas mayores de 70 años lo padecen. En cambio, los problemas de memoria pueden manifestarse mucho antes.
Además, el deterioro cognitivo leve acarrea, en muchos casos, la disminución progresiva de algunas funciones cognitivas como, por ejemplo, no poder aprender nuevos conocimientos o hacer actividades cotidianas o sufrir desorientación en el tiempo y en el espacio, lo que a veces provoca incluso episodios de aislamiento. En cambio, los síntomas de la pérdida de memoria se asemejan más a despistes puntuales y no suelen estar relacionados con otras enfermedades físicas o mentales.