Teresa Rey
Medicina preventiva
Efectos psicológicos y para la salud de la primavera
Se puede sufrir un empeoramiento de cuadros reumáticos crónicos, más cansancio, apatía o euforia
Cuando se dice que “la primavera la sangre altera”, no es algo sin fundamento. Este dicho no hace más que reflejar una realidad que sucede cuando llega el equinoccio. El cambio en las horas de luz y por ello, a veces, en las rutinas de sueño, y en el clima, afectan a todas las edades, tanto jóvenes como personas mayores. Unos lo notan más que otros, hay personas que se muestran más eufóricas y otras más tristes, pero en ningún caso estamos ante una enfermedad. Aunque sí que es cierto que durante la primavera se puede experimentar un empeoramiento de cuadros reumáticos crónicos o más brotes de artritis y problemas derivados de la alergia al polen. Además, en general, en esta época se aprecia un descenso en los infartos de miocardio, según indican expertos del Hospital Juan Cardona (Ferrol, A Coruña).
Apatía o euforia
Uno de los efectos psicológicos de la primavera es lo que se conoce como astenia, que no es una patología en sí, sino un síntoma que se puede dar tanto en estas fechas como en otra época del año. Lo que ocurre es que algunos individuos la experimentan de una forma más acusada cuando pasan de una estación a otra. En líneas generales se muestran más apáticas, sin ganas de hacer nada, más cansadas, se experimenta pérdida de la libido, disminución de la concentración, irritabilidad o cambios bruscos en los estados de ánimo, entre otros.
Sin embargo, no hay que alarmarse, todos estos síntomas son pasajeros y suelen remitir en unos días, hasta que el cuerpo se va adaptando al tiempo y a las horas de luz.
En el polo opuesto, hay personas que pueden sentirse más vitales, por el sol y el buen tiempo. Esto es así porque algunos de nuestros neurotransmisores se ven afectados por los cambios externos. De modo que se produce un incremento de la melatonina, que regula el sueño, y por ello necesitamos menos horas para descansar mejor; y por otro, también aumenta la seratonina, que influye en nuestro estado de ánimo y hace que nos mostremos más enérgicos y eufóricos.
Consejos
Para afrontar el cambio, algunos psicólogos nos recomiendan que desarrollemos actividades que nos ayuden a encontrar el equilibrio. Es bueno empezar realizando algún ejercicio moderado al aire libre que nos permita estar en contacto con la naturaleza, como el senderismo o simplemente una caminata diaria por algún parque cercano.
También hay que procurar mantener las rutinas de sueño y alimentación, incluyendo frutas y verduras de temporada que son las que más vitaminas y minerales tienen. Tampoco nos debemos olvidar de organizar encuentros con familiares o amigos para dar la bienvenida a la nueva estación.