Teresa Rey
Medicina preventiva
Hacer ejercicio físico durante el cáncer protege al corazón de algunos efectos del tratamiento
Un estudio muestra que mantenerse activos en esta enfermedad es bueno para el sistema cardiovascular
Diversos estudios han demostrado que la práctica de ejercicio físico durante los tratamientos de algunos cánceres es beneficioso para la salud. Ahora se ha comprobado que hacer deporte tanto antes como durante y después de este proceso es positivo a su vez para la salud del corazón. En concreto, ayuda a proteger el sistema cardiovascular de las terapias que se reciben en el tratamiento de los tumores. El trabajo lo ha realizado un equipo de expertos de la Universidad de Siena (Italia) y se ha publicado en la revista European Journal of Preventive Cardiology.
Los efectos en el corazón
Los investigadores han aseverado que como norma general los pacientes con cáncer son menos activos, sin embargo es recomendable que esta tendencia cambie pues la práctica de actividad física en este periodo aporta importantes ventajas como ya se ha demostrado en otras investigaciones, aparte de este estudio novedoso.
De hecho, el tratamiento que se esté recibiendo resulta indiferente porque los aspectos positivos se experimentan en cualquier caso. No hay que olvidar que algunas terapias contra el cáncer pueden provocar efectos adversos en el corazón debido a su cardiotoxicidad, lo que al final repercute en su estructura y funcionamiento. De hecho, muchas veces los riesgos asociados al cáncer son los mismos que se vinculan a las enfermedades cardiovasculares, como fumar o no llevar una alimentación adecuada. Así, es aconsejable que en ambos trastornos los pacientes tengan en cuenta estas consideraciones.
Ejercicios pautados
Ahora bien, del estudio se desprende que no todos los pacientes pueden seguir la misma pauta de ejercicios. Es muy importante que el equipo de expertos que atiende al paciente con cáncer establezca una rutina que se adecúe a sus singularidades. Hay que analizar su historial, qué abordaje está teniendo, que gustos tiene y cómo responde a la práctica de ejercicio. Para elaborarlo deben participar diversos especialistas no solo los oncólogos, también fisioterapeutas, cardiólogos, nutricionistas y psicólogos, entre otros.
Es necesario evaluar los niveles de hemoglobina de la sangre, de modo que si son bajos se deben evitar ejercicios de alta intensidad, mientras que si el paciente tiene pocas plaquetas, que son las encargadas de la coagulación de la sangre, se han de evitar deportes de contacto. Y si se trata de personas frágiles, habrá que limitar aquellas actividades que incrementen el riesgo de fracturas.
Cuanto antes se comience con la actividad más beneficios para el paciente, incluso antes de empezar con la quimioterapia, aclaran los científicos.