Victoria Herrero
Medicina preventiva
Ejercicios que los mayores pueden hacer en la piscina para mejorar sus rodillas
El contacto con el agua favorece el cuidado de las articulaciones y proporciona un espacio relajante
Las bondades del agua a la hora de hacer ejercicios de fisioterapia o rehabilitación tras una lesión son numerosas. Sobre todo, por ese bajo impacto que se produce en las articulaciones al hacer esos movimientos en el interior de este medio acuático.
Así, gracias a estos ejercicios, estas articulaciones se fortalecen, se mejora el equilibrio y la flexibilidad, no hay riesgo de caídas o lesiones y el contacto con el agua favorece un entorno de relajación que ayuda a nivel cognitivo y emocional, al tiempo que se va minimizando ese dolor.
Si lo tuyo es un problema en las rodillas, aprovecha el verano para darte un baño en la piscina y, de paso, practicas estos sencillos ejercicios que ayudarán a que se encuentren mucho mejor.
La próxima vez que vayas a una piscina haz estos ejercicios
Vamos a mostraros unos sencillos movimientos que podéis poner en práctica en el agua. Lo mejor es sumergirnos en un vaso acuático en el que hagamos pie de forma cómoda y el agua nos cubra algo más de la cintura. Comenzamos:
- Nos ponemos de lado junto al borde de la piscina. Nos sujetamos si no andamos muy bien de equilibrio y comenzamos a balancear la pierna, algo flexionada, hacia adelante y hacia atrás con suaves movimientos. Repetimos una decena de veces y cambiamos de lado para hacerlo, de nuevo, con la otra pierna.
- En esa misma posición inicial, doblamos la rodilla y subimos el muslo tanto como podamos sin que nos cause molestia o dolor. Lo ideal es que se mantenga paralelo a la superficie del agua, pero recuerda que no debes realizar un esfuerzo innecesario si te duele la rodilla o la pierna. Si lo necesitas, con una mano sujeta esa pierna y con la otra agárrate al borde de la piscina. Ahora, con suaves movimientos estira la parte inferior de la pierna y recógela. Cuidado con arquear la espalda. Una vez repetido este ejercicio entre 5-10 veces, hacemos lo mismo con la otra pierna.
- El siguiente ejercicio es tan sencillo como caminar en el agua y mover de los brazos de forma normal como si estuviésemos dando un paseo por la calle.
- Ahora nos ponemos apoyando los brazos y los codos en el borde de la piscina y mirando hacia el agua, levantamos las piernas y las movemos como si estuviésemos pedaleando en una bicicleta. Este mismo ejercicio se puede hacer apoyados pero de espaldas a la piscina.
- Nos desplazamos ahora de forma lateral por la piscina abriendo y cerrando las piernas haciendo una pequeña sentadilla.