Mariola Báez
Medicina preventiva
Ejercicios y técnicas de respiración que pueden ayudar con el asma
Mariola Báez
Foto: Bigstockphoto
Lunes 2 de marzo de 2020
ACTUALIZADO : Lunes 2 de marzo de 2020 a las 6:54 H
3 minutos
Tener un mayor control sobre el aire que llega a los pulmones es posible con terapias específicas
El asma es una enfermedad crónica que implica la inflamación de las vías respiratorias, provocando en ellas una estrechez que dificulta la entrada del aire en cada inhalación. La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (@SeparRespira) calcula que, en nuestro país, dos millones y medio de personas sufren algún tipo de asma. Ante esta cifra, es importante recordar que un buen control de la enfermedad permite hacer una vida normal.
Respecto a la conveniencia o no de hacer ejercicio si se padece asma, la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (@SEICAP) señala que, en la mayoría de los casos, el deporte y el ejercicio no son incompatibles con esta enfermedad (salvo durante los episodios agudos). En realidad, el ejercicio adecuado puede resultar beneficioso para mejorar tanto el sistema cardiovascular, como el respiratorio.
Además de la práctica de actividad física moderada, una persona con asma puede recurrir a terapias y ejercicios específicos que le ayuden a controlar su propia respiración, de manera que pueda enfrentarse a un episodio agudo minimizando sus efectos.
Yoga, fisioterapia respiratoria y ejercicios concretos para mejorar los síntomas del asma
Los ejercicios y técnicas que intentan mejorar la capacidad respiratoria y pulmonar nunca van a sustituir al tratamiento farmacológico, pero pueden ser un buen complemento para proporcionar al paciente un mayor bienestar.
En este sentido, el yoga es una excelente disciplina, en la que el control de la respiración es un factor básico. Las inhalaciones profundas, unidas a posturas determinadas que favorecen la relajación, contribuyen a incrementar la capacidad de los pulmones, consiguiendo que la entrada de aire se realice con mayor facilidad.
También la fisioterapia puede ser de gran ayuda. La fisioterapia respiratoria es una especialidad que se centra en el trabajo de la musculatura del tórax y en mantener las vías respiratorias lo más “despejadas” posible, para facilitar así la entrada de aire. En adultos mayores con afecciones como el asma o la EPOC, puede resultar útil a la hora de mejorar la ventilación pulmonar, eliminar con menor dificultad las secreciones nasales, disminuir la sensación de falta de aire y favorecer el descanso aliviando patologías como la apnea del sueño.
Las técnicas de respiración diafragmática son también aconsejables para personas con dificultades respiratorias. Fortalecer el diafragma y controlar su ritmo de funcionamiento es posible con ejercicios específicos. El más básico consiste en colocarte tumbado boca arriba con las rodillas flexionadas o, si te resulta más cómodo, sentarte recto en una silla. Se debe colocar una mano sobre el pecho y la otra en la boca del estómago, debajo de las costillas. El ejercicio consiste en inhalar profundamente, intentando que se mueva únicamente la mano colocada a la altura del diafragma y no la del pecho. Aguanta la respiración unos segundos y exhala el aire lentamente frunciendo los labios.