Mariola Báez
Medicina preventiva
¿Qué es la enfermedad del ojo seco y cómo se trata?
Mariola Báez
Jueves 12 de marzo de 2020
ACTUALIZADO : Jueves 12 de marzo de 2020 a las 6:37 H
3 minutos
Esta dolencia ocular y su nivel de gravedad debe ser diagnosticada y tratada por un oftalmólogo
El llamado Síndrome del Ojo Seco (SOS) es una enfermedad compleja que no se limita a la escasez o ausencia de lágrimas, sino que engloba distintas anomalías relacionadas con la correcta lubricación de la superficie ocular. Según informa el Instituto de Microcirugía Ocular de Barcelona (IMO) un 30% de las consultas oftalmológicas están relacionadas con esta patología, que aparece principalmente en edades avanzadas.
El ojo seco, en sus distintas manifestaciones, siempre está relacionado con un déficit de la lágrima, tanto a nivel de cantidad de segregación, como en lo referido a la composición del líquido que la forma. Los síntomas habituales de ojo seco son picor, escozor, sensación de tener “arenilla”, enrojecimiento, molestias frente a la luz (fotofobia) y curiosamente, en algunos casos, excesivo lagrimeo. Todas estas molestias están relacionadas con una alteración de la película lagrimal invisible que cubre y protege nuestros ojos.
¿Por qué se produce y cómo se trata?
La sequedad ocular puede aparecer por causas diversas. En ocasiones, el origen está en el mal funcionamiento de las glándulas encargadas de “fabricar” el líquido acuoso que lubrica los ojos cada vez que parpadeamos, concretamente las glándulas lagrimales y las de Meibomio (las que incorporan a la lágrima la correcta proporción de lípidos). Además, agentes externos como la contaminación, los humos, la acción de aires acondicionados y calefacciones que resecan el ambiente, la toma de determinados medicamentos o seguir una alimentación con carencias nutricionales pueden provocar o agravar esta dolencia. La Academia Americana de Oftalmología señala que el ojo seco también puede estar relacionado con otras enfermedades como blefaritis (hinchazón de los párpados), artritis reumatoide o síndrome de Sjögren. En ocasiones, una cirugía ocular refractiva puede derivar en la aparición de síntomas de ojo seco.
Cuando surgen esos síntomas de picor, escozor o hinchazón es importante visitar al oftalmólogo para determinar si los provoca la enfermedad de ojo seco y poner, cuanto antes, el tratamiento adecuado que evite males mayores, desde problemas de visión hasta daño y lesiones en la córnea.
En un estado leve, ayudar al ojo aplicando lágrimas artificiales (colirio con una composición muy similar a la lágrima natural) es suficiente para paliar los síntomas y notar una mejoría inmediata. Otras soluciones más complejas se basan en tratar el propio conducto del lagrimal para corregir la anomalía y lograr que cumpla su función de forma correcta.
Entre las medidas que ayudan a aliviar los síntomas de esta patología los expertos señalan: evitar los espacios cerrados de alta sequedad ambiental o utilizar en ellos humidificadores, extremar la higiene de los ojos, hacer descansos visuales cada 20 minutos, por ejemplo al leer o fijar la mirada en una pantalla, incrementar en la dieta alimentos ricos en Omega 3 y seguir las pautas marcadas por el oftalmólogo en cuanto a la aplicación de lágrimas artificiales.