Medicina preventiva

Las enfermedades asociadas a un mayor riesgo de sufrir depresión

Mariola Báez

Foto: Bigstock

Lunes 6 de abril de 2020

6 minutos

El dolor crónico y las patologías 'raras' destacan entre las principales, pero no son las únicas

El ácido graso de omega-6 puede reducir el riesgo de sufrir trastorno bipolar
Mariola Báez

Foto: Bigstock

Lunes 6 de abril de 2020

6 minutos

La depresión no es solo un grave trastorno del estado de ánimo, sino una enfermedad en sí misma que, según datos de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (@seggeriatria), afecta a entre el 10%y el 15% de la población mayor de 65 años.

Los expertos insisten en que éste y otros problemas de salud mental no son una consecuencia inevitable del propio envejecimiento, sino una patología con complejas características, en ocasiones infradiagnosticada y tratada.

enfermedades asociadas a la depresión

Salud física y mental

Son muchos los factores que pueden desencadenar la depresión en personas mayores. Algunos tienen su origen en los cambios provocados por el avance natural de la edad y la transformación que puede producirse en la vida cotidiana y en el entorno. La jubilación, la pérdida de seres queridos o el abandono del hogar de los hijos mayores son algunos de ellos, pero también la presencia de enfermedades concretas puede hacer que una profundo estado depresivo empeore la calidad de vida y la salud de quien las padece.

Numerosos estudios demuestran la relación directa entre la salud física y la mental. Entre los más recientes, el realizado por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (@UAM_Madrid) en colaboración con el CIBER de Salud Mental (@CIBER_SAM) y la Fundación para la Investigación y Docencia Sant Joan de Deu (SJD) asocia la depresión a un mayor riesgo de mortalidad general.

En el mismo sentido, los especialistas de la Segg recuerdan que esta enfermedad en la población mayor es un factor de riesgo de discapacidad funcional.

Dolor crónico y depresión

La pérdida, en mayor o menor medida, de las propias capacidades, junto al estrés y a la ansiedad que puede desencadenar una dolencia determinada son elementos que inciden en que la depresión aparezca complicando aún más la situación.

Siete de cada diez personas que sufren dolor crónico en España presentan ansiedad o depresión según el Informe El dolor en la enfermedad crónica desde la perspectiva de los pacientes, elaborado por la Plataforma de Organizaciones de Pacientes(POP) y la Sociedad Española del Dolor (@Sedolor). En el estudio, en el que han participado voluntariamente más de 1.000 personas (un 6% mayores de 65 años), las enfermedades de mayor prevalencia fueron: la fibromialgia, la lumbalgia crónica, las cefaleas y la artrosis.

En cualquiera de ellas, al propio sufrimiento que causa un dolor que se prolonga en el tiempo, hay que unir el impacto emocional que esta situación causa en todos ámbitos de la vida. Los problemas de movilidad asociados, la disminución en la participación de las actividades cotidianas individuales y sociales puede acabar provocando aislamiento, sensación de soledad, frustración por la pérdida de autonomía, tristeza, baja autoestima y otras múltiples manifestaciones que pueden llegar a convertirse en síntomas previos a una depresión si la enfermedad, que provoca ese dolor, no se aborda de una manera integral, teniendo en cuenta todos los factores que afectan al bienestar de una persona.

Enfermedades crónicas y depresión

Otras enfermedades que incrementan el riesgo de depresión

Son más de tres millones de personas las que en España padecen alguna enfermedad poco frecuente. Como señala la Federación Española de Enfermedades Raras(@FEDER_ONG) en estas patologías la atención psicológica es básica, tanto para la quien las padece, como para sus familiares. La falta de información sobre la enfermedad, el retraso a la hora de lograr un diagnóstico certero, cuyo tiempo medio de obtención es de cinco años, los escasos tratamientos específicos o los desplazamientos y consultas con un sinfín de especialistas. que intentan poner nombre a esa dolencia, son algunos de los factores que se suman a los síntomas físicos que conlleva la enfermedad y que pueden generar o agravar un cuadro depresivo.

Además, como tercer gran grupo de enfermedades que pueden ir ligadas a la depresión, el estadounidense National Institute of Mental Health (@NIMHgov), señala las dolencias crónicas en general, especificando que, en ocasiones, son las propias alteraciones físicas que pueden producirse en áreas concretas cerebrales, como ocurre en la Enfermedad de Párkinson y Alzheimer, las que están directamente relacionadas con la depresión y, en otras, es el estrés y la ansiedad la causa principal. Cáncer, diabetes, dolencias coronarias, epilepsia, esclerosis múltiple, lupus eritematoso son algunas que pueden ir ligadas a esta grave alteración mental.

A veces, los desencadenantes de la depresión surgen en el momento del diagnóstico, a la hora de hacer frente a la enfermedad y a sus consecuencias aunque con mayor frecuencia, es a medida que ésta avanza cuando pueden aparecer síntomas como la tristeza, las dificultades de concentración, la irritabilidad o la total apatía entre otros muchos.

Depresión y enfermedad física forman un círculo vicioso que es importante romper con ayuda especializada y tratamientos específicos que consigan controlar o mejorar  ambas dolencias para lograr, así, la mejor calidad de vida posible para quien las sufre.

 

Sobre el autor:

Mariola Báez

… saber más sobre el autor