Mariola Báez
Medicina preventiva
¿En qué consiste una flujometría urinaria?
Mariola Báez
Foto: Bigstock
Viernes 21 de febrero de 2020
ACTUALIZADO : Viernes 21 de febrero de 2020 a las 18:17 H
6 minutos
Esta sencilla prueba contribuye al diagnóstico de patologías relacionadas con el sistema urinario
Si has acudido al urólogo por presentar algún tipo de molestias relacionadas con la micción, es muy probable que el especialista haya indicado la necesidad de realizar una flujometría, porque la información que facilita esta prueba, absolutamente indolora y cero invasiva, puede ser fundamental a la hora de diagnosticar distintas dolencias. Especialmente aquellas que tienen que ver con el tracto urinario inferior o con problemas prostáticos, en el caso de los hombres.
¿Cómo se realiza?
Una uroflujometría generalmente se lleva a cabo tras una primera consulta y la exploración por parte del urólogo. Su objetivo es poder medir una serie de parámetros que tienen que ver con la micción, principalmente el volumen de orina expulsado y el tiempo empleado.
Para el paciente no puede resultar más sencillo. Simplemente deberá orinar en un recipiente específico que está conectado a un flujómetro. Este aparato se encargará de realizar las mediciones necesarias y de registrarlas en forma de una gráfica, que reflejará los datos recogidos para su posterior estudio por parte del especialista.
Se intenta crear las condiciones idóneas que favorezcan la micción normal: intimidad, tiempo, tranquilidad. Como explican desde el Hospital Victoria Eugenia Cruz Roja Española (@HVictEugenia), la prueba se puede realizar en la propia consulta de urología, con la única preparación previa de ingerir una cantidad suficiente de líquido que permita orinar de la forma habitual, entre 1 y 1.5 litros aproximadamente una hora antes de la realizarla.
Hay que recordar que no se trata de una ecografía en la que es aconsejable que la vejiga esté lo más llena posible. En este caso, el éxito de la prueba está en que la micción se realice de la forma más parecida posible a como se produce a diario en condiciones normales.
¿Cuándo puede ser necesaria?
Dada su total inocuidad y sus nulos efectos secundarios, la prueba se recomienda tanto a hombres como a mujeres que presenten alteración en la normal micción. Expertos de la Sociedad Española de Urología (@InfoAeu) señalan que muchas de ellas están relacionadas con las vías urinarias y su tracto inferior.
Los problemas en los que la uroflujometría puede aportar valiosa información son muy variados. Dificultad en el inicio de la micción, dolor o escozor, nicturia, pérdidas de orina, urgencia, goteo postmiccional, sensación de vaciado incompleto de la vejiga, chorro escaso o entrecortado son algunos de ellos.
Cualquiera de estos síntomas puede ser indicativo de anomalías de distinta gravedad y su análisis ayudará a un diagnóstico certero en un menor tiempo. El gráfico que genera la flujometría presenta una determinada curvatura, que va a indicar el flujo total de orina expulsada, reflejando además datos que pueden resultar de interés, como el tiempo de inicio y final de la micción o el volumen total de líquido expulsado, que deberá superar los 150 cm3 para que los resultados sean fiables.
¿Qué patologías ayuda a detectar?
Una flujometría urinaria no es una terapia ni un tratamiento. Tampoco por sí misma puede ofrecer diagnósticos definitivos, pero sí importantes indicios sobre qué puede estar ocurriendo en la vejiga, en la próstata o en las vías urinarias.
Generalmente esta prueba se complementa con otras. Suele ser esencial realizar también un estudio del residuo post miccional, es decir, de la posible cantidad de orina y partículas sólidas que han quedado retenidas en la vejiga. Muchas veces, esta situación es la causa de infecciones de orina recurrentes, sobre todo en el caso de las personas mayores. Una ecografía o innovadoras técnicas de ultrasonido, permiten comprobar ese residuo con facilidad.
Además de descubrir el posible origen de infecciones urinarias, una uroflujometría ayuda a detectar cualquier tipo de estrechamiento o estenosis en las vías, incluyendo la uretra. También puede apuntar a que es la musculatura de la zona la que está debilitada y no actúa con la intensidad necesaria para realizar la micción, o al contrario, para retener la orina, algo que puede ser causa de pérdidas habituales.
La estenosis uretral, fácilmente identificable, es causa frecuente de tener un flujo de orina muy bajo o que presente intermitencias. Ese bloqueo en la micción también podría resultar indicativo de hiperplasia de próstata. A veces el problema radica en una obstrucción en el conducto de la salida de la vejiga o en la debilidad de los músculos que la envuelven.
Aunque su objetivo está centrado en las patologías que afectan al sistema urinario, en ocasiones, médicos de otras especialidades pueden determinar la conveniencia de realizarla. Ante patologías renales o ante la sospecha de que pudiera existir algún tipo de tumor que obstruye las vías urinarias, la flujometría puede proporcionar parte de la información básica para el posterior diagnóstico y tratamiento.