Victoria Herrero
Medicina preventiva
El juego patológico es un problema de salud pública que también afecta a los mayores
La adicción daña a su entorno social y familiar y hace que descuide su salud o su alimentación
Se empieza echando unas monedas en una máquina y, sin el control adecuado, en los casos más graves, puede convertirse en algo más serio. Y es que el juego patológico, esta adicción mental, también afecta a las personas mayores. Ellos también forman parte de ese 0,7% de la población española que sufre el mismo problema, de ahí que sea considerada una alarma de salud pública.
Y es que, de no poner remedio a esta situación, en algunos casos se puede llegar al suicidio cuando se es consciente de que la adicción ha arrastrado consigo sus ahorros, sus pertenencias y hasta a su familia, como explican desde la Consejería de Salud y Consumo de las Islas Baleares (@ibsalut). Unos expertos que trazan el perfil del ludópata: una persona con bajo nivel educativo y pocos ingresos, y donde también se incluyen los mayores de 65 años.
Las personas que sufren esta adicción sienten la necesidad imperiosa de jugar en todo momento, sin darse cuenta de la realidad y de lo que provocan sus actos. Y es que la ludopatía trae aparejada una alteración y un trastorno del comportamiento.
Una patología mental que se une a otro tipo de problemas, ya no solo de salud, como es una mayor ansiedad o tendencia a la depresión, irritabilidad o agresividad, sino que inciden en un agravamiento de problemas económicos, el abuso de sustancias perniciosas o un aislamiento social y familiar. Por si fuera poco, esa conducta errática hace que los mayores dejen de preocuparse por el cuidado de su salud, tengan una mala alimentación o una vida desordenada.
Cómo ayudar a una persona mayor con esta adicción
Además de las terapias psicológicas y del tratamiento farmacológico más adecuado en cada caso, el entorno social y familiar puede favorecer que este comportamiento adictivo revierta y esa persona mayor mejore.
- Esta persona está enferma y sus capacidades mentales están distorsionadas por la adicción al juego. Este es el primer paso para "comprender" su situación y no dejarnos llevar por reproches o juicios de valor. Podemos empezar a ayudarle preguntándole cómo se siente, pero sin llegar a juzgarle.
- Muchos mayores recurren a los juegos de azar para tapar una realidad de soledad, la incapacidad de adaptarse a una nueva vida tras la jubilación o para evitar pensar en una dolencia física que se padece en ese momento. Conocer la causa que le ha llevado a esa adicción es un paso para poder atajarla mejor.
- Dale alternativas para ocupar su tiempo y que pueda distraerse: hacer algo de ejercicio, retomar el contacto con viejas amistades, viajar o formar parte de las actividades que organizan entidades públicas y privadas para los mayores.