Teresa Rey
Medicina preventiva
Malas posturas que pueden causar dolor cervical en las mujeres mayores
Movimientos automáticos o tics que adquirimos con el tiempo generan desgaste en la zona del cuello
El cuello es la parte de la cabeza que más movemos por su posición y flexibilidad, lo que también propicia un mayor desgaste con el paso del tiempo. A medida que nos hacemos mayores este puede desembocar en dolores en la zona. Los malos hábitos posturales inciden en esta situación y en el caso de las mujeres hay algunos en concreto que propician esta realidad.
Causas más frecuentes
Ante todo, hay que saber que el dolor de cuello puede provenir de una lesión en huesos, músculos, discos o ligamentos. En otras ocasiones, puede deberse a problemas relacionados con los nervios o la médula espinal. En cada caso, es el médico el que determina la procedencia y el tratamiento más apropiado.
Entre las causas más frecuentes de este malestar están las distensiones musculares y también esguinces en los ligamentos del cuello. Al mismo tiempo hay enfermedades que lo propician como la artrosis, la fibromialga, la espondilosis cervical, una hernia discal o espasmos musculares.
Malos hábitos posturales
Estas distensiones de los músculos se producen en ocasiones y en el caso de las mujeres por movimientos inapropiadas que se realizan de forma involuntaria. Hay que tener en cuenta que a veces hacemos giros con el cuello que pueden provocar un latigazo cervical, sobre todo, cuando los realizamos de manera brusca y antinatural, más allá de su rango de movimiento normal. Al mismo tiempo, si lo giramos de forma habitual con cierta velocidad estamos propiciando su desgaste. Esto es algo que las mujeres suelen hacer con frecuencia cuando quieren colocarse el flequillo o la melena convirtiendo este gesto en un tic, explica el quiropráctico Ata Pouramini.
Algo similar sucede al secarse el pelo con secador realizando movimientos de arriba abajo y hacia los lados. Aquí cargamos peso sobre el cuello lo que se une a la movilidad, algo que también perjudica la zona.
Según explica Pouramini, el tipo de pendientes que llevemos influye igualmente en estos dolores. Todo depende de los días que nos los pongamos, ya que si pesan mucho pueden afectar a la parte posterior de la oreja y al hueso mastoide, produciendo tensión en los músculos suboccipitales, que están bajo el cráneo y llegar a producir dolores de cabeza. Y lo mismo ocurre con collares o colgantes pesados, que puede acabar generando molestias en cuello y espalda.
Otro asunto que también es importante para esta región es el bolso, en concreto, su tamaño y peso. Respecto a este último aspecto, recordar que nunca debe sobrepasar el 10% del peso del propio cuerpo. Además, tenemos que intentar cambiarlo de lado, para no sobrecargar siempre el mismo hombro previniendo la aparición de escoliosis y otros desequilibrios musculares menores.
Y, por último, el uso habitual de tacones superiores a los 3 o 4 centímetros es a su vez una causa común en mujeres de presentar dolores lumbares o cervicales.