El melanoma ocular, tan desconocido como poco común

Seguro que si escuchas la palabra melanoma la asocias directamente con el sol. Sin embargo, el melanoma ocular también existe y nada tiene que ver con la piel. Es un tipo de cáncer que se desarrolla en las células que producen pigmento –la sustancia que da color a la piel, el cabello y los ojos–.

"Se tiene un gran desconocimiento de este tipo de cáncer, al asociarse el melanoma a la piel. Cuando les decimos a los pacientes que tienen un melanoma en el ojo y les explicamos que tienen que ir al oncólogo porque tiene capacidad de metástasis se quedan se quedan muy sorprendidos y asustados. Afortunadamente, la incidencia ronda el 5% del total de melanomas”, explica la Dra. María Capote, oftalmóloga responsable de la Unidad de Retina y Vítreo de Centro Ocular.

Aunque no se conoce qué lo origina, se desarrolla de igual manera que el melanoma de la piel. Y a pesar de que es la causa de cáncer en el ojo más común entre adultos, el melanoma ocular es raro. Se detectan mediante revisiones en la rutina.

"En estas revisiones podemos detectar no solo el melanoma ocular sino múltiples patologías que pueden ir desarrollándose con la edad, pero que cogidas a tiempo se pueden detener, como es el caso del glaucoma, la degeneración macular asociada a la edad o la presbicia, entre otras”, explica la oftalmóloga.

Signos de alerta

Los melanomas oculares suelen comenzar en la capa media del ojo. La capa externa del ojo es la esclerótica (la pared blanca y fuerte del ojo). La capa más interna del ojo es la retina, la cual detecta la luz y ayuda a enviar las imágenes al cerebro. La capa intermedia se llama úvea y contiene muchos vasos sanguíneos.

El melanoma también puede ocurrir en la conjuntiva, la capa más externa de la parte frontal del ojo. Sin embargo, debido a que la mayorías de los melanomas oculares se forman en una parte del ojo que no puede verse con un espejo puede ser complicado de detectar. A menudo no ocasiona síntomas en sus primeras fases, pero podría cursar con los siguientes:

• Cambios en el tamaño y la forma de la pupila.
• Cambios en la posición del globo ocular (ojos saltones).
• Cambios en la vista, como visión borrosa, moscas o flashes de luz.
• Cuando se da en el iris, se puede detectar una mancha oscura en él, como un lunar.

Tratamiento

La tasa de supervivencia depende de la localización del cáncer. “Si bien, hay que estudiar detenidamente cada caso, porque va a depender mucho de la localización y el tamaño del tumor”, indica la experta de Clinilaser. El tratamiento también dependerá de ese estudio individualizado, pero la mayor parte de las veces se opta por la braquiterapia oftálmica, una técnica conservadora por la que se implanta en el ojo una placa con isótopos radioactivos que van mandando al tumor la radioterapia que incidirá en él para ir disminuyendo su tamaño.