Marco Herrera
Medicina preventiva
La mitad de los españoles desconocen que el tabaco daña la salud de los oídos
Una reciente investigación señala el impacto que puede tener fumar en tu capacidad para escuchar
La mayor parte de la población conoce los problemas que el tabaco conlleva: el cáncer, las enfermedades cardíacas y las afecciones respiratorias están directamente relacionados con el hábito de la nicotina. Pero pocos sospechan que la pérdida de audición se ha unido a la lista de consecuencias negativas del tabaquismo. Las investigaciones sugieren que fumar daña las delicadas células ciliadas del oído interno, lo que conduce a la pérdida de audición.
Qué daño hace en tu oído
Un cigarrillo incluye en su composición arsénico, cloruro de vinilo, amoníaco y nicotina. Estos químicos pueden afectar a la audición, promover el tinnitus o perjudicar el equilibrio. Específicamente, fumar puede deteriorar tu oído de las siguientes maneras:
- La nicotina puede afectar a los neurotransmisores en el nervio auditivo, que es el responsable de informar al cerebro de qué sonido en particular estás escuchando.
- La nicotina puede causar tinnitus, mareos y vértigo.
- Fumar obstruye la trompa de Eustaquio y el revestimiento del oído medio.
- Fumar también daña las células del cuerpo y las convierte en radicales libres que pueden dañar tu ADN.
- El tabaco hace que seas más sensible a los ruidos fuertes que pueden llevar a una pérdida auditiva inducida por el ruido.
- Esta exposición no se limita a los fumadores, ya que aquellos que fuman de forma pasiva también se están preparando para un mayor riesgo de pérdida de audición.
Cómo sucede
La nicotina y el dióxido de carbono que se encuentran en los materiales del tabaco tensan los vasos sanguíneos, incluidos los de los oídos, lo que produce un flujo sanguíneo restringido. El oxígeno se agota, causando que las células capilares sean dañadas. La nicotina también afecta a los neurotransmisores en el nervio auditivo, lo que impide que la información del sonido se procese con precisión.
Si con eso no fuera suficiente, fumar también libera radicales libres en el cuerpo que pueden causar un daño permanente en las células ciliadas, motivando la pérdida de audición. El riesgo es acumulativo. Fumar en combinación con otros factores de riesgo de pérdida de audición, como el ruido fuerte, aumenta el peligro.
El tiempo que fumas y la cantidad de tabaco consumido también afectan. Reducir la frecuencia y la cantidad puede ayudar a tu audición y si dejas de fumar por completo, puede mejorar drásticamente tu salud auditiva.