Mariola Báez
Medicina preventiva
Patologías del pie en el adulto mayor que pueden prevenirse estudiando la pisada
La manera en la que apoyamos el pie está relaciona con múltiples dolencias y puede modificarse
Aunque a veces no se les preste la debida atención, los pies son una parte de nuestra anatomía que desempeña un papel fundamental en el conjunto de la salud. Nos ponen en contacto directo con el suelo y soportan a diario el peso corporal. A medida que la edad avanza, el pie puede presentar patologías muy diversas.
Alteraciones en la estructura ósea, en forma de juanetes, dedos en garra o espolón calcáneo, problemas vasculares por disfunción de la microcirculación de la zona, hipersensibilidad cutánea… Estas son solo algunas de las patologías que destaca el Colegio Profesional de Podología de la Comunidad de Madrid (@Copomadrid) entre las más habituales en adultos mayores.
También, en ocasiones, los problemas en los pies tienen una relación directa con otras enfermedades osteoarticulares o reumatológicas. La posición de nuestros pies, tanto en parada como en movimiento, influye en el estado de otras estructuras, sobre todo en los huesos y las articulaciones de la rodilla y la cadera. Saber si pisamos de la manera correcta, puede ayudar a prevenir o mejorar numerosas patologías.
¿Qué es un estudio biomecánico de la pisada?
No todos caminamos igual. La alineación del pie, la forma en la que lo apoyamos (punta-talón o cara externa-interna) o el grado del arco plantar son detalles que marcan cada uno de nuestros pasos y que, repetidos a lo largo de toda la vida, pueden acabar provocando anomalías en el pie y en otras estructuras tan esenciales como la columna vertebral.
Desde hace unos años, los estudios biomecánicos de la pisada se han convertido en una herramienta útil para detectar esos pequeños “defectos” al caminar, que pueden causar problemas de diversa índole. Como explica la Fundación Podoactiva (@Podoactiva), un estudio de este tipo consiste en realizar una serie de pruebas diagnósticas que aporten información exhaustiva del pie, tanto de los huesos y las articulaciones que lo forman y el estado en el que se encuentran, como de su mecanismo de funcionamiento: la pisada.
Una completa exploración física, que permita comprobar la elasticidad y el tono muscular del área, un análisis de la huella, utilizando para ello plataformas de presión, y una prueba de estabilidad que haga posible conocer el movimiento y la distribución del peso que se produce al andar son solo algunas de secciones en las que se divide un estudio biomecánico, cuyo objetivo es mejorar la salud mejorando la propia pisada.
Puede resultar útil para descubrir, por ejemplo, que tu dolor de rodilla tiene que ver con el leve giro externo que haces con el pie al caminar, o servir para que el podólogo determine si es necesario que utilices un tipo determinado de plantilla terapéutica, que corrija la anomalía y evite complicaciones futuras.