El porqué de que en ocasiones sintamos picor en las piernas

¿Has sufrido alguna vez un terrible picor en las piernas que hacía imposible dejar de rascarlas? Es molestia, conocida como prurito, suele desaparecer rápidamente y es debida a una defiente hibratación de la piel. Pero no es esa causa la única que justifica el picor en las piernas, hay otras, algunas más severas, y son estas. 

Una sensación que en ocasiones puede venir junto a otros síntomas evidentes como son un enrojecimiento de esa zona de la piel, la aparición de manchas o una dermis con aspecto seco y agrietado. 

Así pues, cuando esta sintomatología no desaparezca en semanas y no presente mejoría, si es tal el picor que hace que no puedas hacer algunas actividades diarias o se extiende a otras partes del cuerpo, es importante acudir cuanto antes al médico. Especialmente si con ese picor notas un mayor cansancio, una pérdida de peso o fiebre. 

Posibles causas del picor en las piernas

Como hemos dicho anteriormente, la respuesta a esta irritante situación se encuentra en una simple piel seca que necesita una buena dosis de hidratación. Esa falta de agua, así como el envejecimiento de nuestra dermis o patologías como la diabetes, hacen que nuestra piel esté tirante, áspera y con tendencia a las escamas, como explican desde el Hospital del Mar en Barcelona (@hospitaldelmar).

Lo mejor en este caso es beber abundantes líquidos y aplicarnos crema hidratante, mejor si es con productos no alérgicos, después de la ducha o cuando notemos ese picor. 

Otras de las reacciones de la piel que hace que se produzca ese picor puede deberse a un eccema o dermatitis atópica. Para ponerle remedio a esta afección tan común es importante recurrir a geles y lociones antihistamínicas. A los problemas que ya padecen muchas personas con mala circulación (hormigueo, aparición de varices...) se suma también un irremediable picor.

No te olvides de mirar, además, el prospecto con los efectos secundarios de algunos fármacos. Puede que ahí encuentres la causa de ese picor incontrolado que sientes en las piernas. Y si recientemente te ha picado un insecto, tienes una herida o se te ha infectado un pelo, puede que este sea el origen de ese picor insoportable que no te deja dormir.  

Precisamente, este no es único problema de salud interno que provoca el prurito. Hay enfermedades, con pronóstico más serio, detrás de lo que pueda parecer un simple picor. No tiene que sonar como voz de alarma, pero nunca está de más saber que en ocasiones puede ser consecuencia de una enfermedad hepática, tiroides o algunos tipos de cáncer como el linfoma.

¿Cómo podemos calmar esa irritante molestia? 

Si no responde a un problema interno más grave y es solo falta de hidratación o sequedad de la piel, estos son algunos consejos eficaces para calmar la zona y evitar volvernos locos rasca que te rasca; con lo que tampoco se consigue nada: 

• Consulta con tu dermatólogo y compra la crema más adecuada para tu dermis. Así, ese cosmético puede llevar aceites vegetales con efecto reparador, aloe vera para calmar esa zona enrojecida y con picor o glicerina para aportarle una dosis extra de hidratación. Emolientes que aportarán agua y lípidos a tu piel para que esté más fuerte, protegida e hidratada.
• No te olvides de aplicar estas cremas mañana y noche para calmar tu dermis y sobre todo en los meses de invierno ya que en esta época la piel sufre una mayor sequedad que se agrava con el frío. 
• Cuando haya brotes severos, por motivo de una alergia o infección de la zona cutánea, lo mejor es consultar con un especialista por si considera oportuno recetarnos una crema a base de corticoides. 
• Emplea en tu aseo diario jabones neutros que no contengan ingredientes alcalinos y hazlo sobre todo con agua tibia; nada de muy caliente.
• Evita el uso de prendas de ropa de fibras elásticas y opta mejor por tejidos naturales como el algodón.  
• Intenta evitar o reducir tu estrés. Estas situaciones no son nada recomendables para ese molesto picor, por lo que es necesario que despejes tu mente por medio de técnicas como el yoga o la meditación. 
• Cuidado con rascarte a lo loco ya que puedes aumentar el riesgo de infecciones por la suciedad microscópica acumulada en tus uñas. Si no consigues evitarlo, tapa la zona para no poder rascarte, ponte guantes y mantén las uñas muy cortas y limpias.