Mariola Báez
Medicina preventiva
La prueba de esfuerzo como medida preventiva, ¿en qué consiste?
La ergometría puede aportar información sobre patologías que afectan al sistema cardiovascular
Es una prueba que nos puede resultar familiar por ver cómo la realizan numerosos deportistas como parte de la revisión médica habitual antes de fichar por un equipo. La prueba de esfuerzo, también llamada ergometría consiste en llevar a cabo un esfuerzo físico importante, un ejercicio intenso, que haga trabajar el corazón al máximo y permita detectar cualquier anomalía cardiovascular, entre ellas, una posible obstrucción coronaria.
¿En qué consiste una ergometría?
Es mucha la información que puede aportar esta sencilla prueba a los profesionales de la medicina, especialmente a la hora de confirmar o descartar distintas cardiopatías u otras dolencias asintomáticas como, por ejemplo, una estenosis (estrechamiento) aórtica moderada o grave que pudiera estar incidiendo en el correcto flujo sanguíneo.
Tal como explica la Fundación Española del Corazón, la prueba consiste en realizar un ejercicio cuya intensidad irá incrementándose de manera progresiva, bien caminando o corriendo sobre una cinta "andadora" o pedaleando en una bicicleta estática (semejantes a las que puedes encontrar en cualquier gimnasio).
Antes de iniciar la ergometría, se realizan dos electrocardiogramas, uno de pie y otro tumbado en camilla, que servirán para comparar la evolución del ritmo cardiaco en reposo y durante el ejercicio. Generalmente la prueba dura entre 6 y 12 minutos, en los que el esfuerzo irá en aumento hasta llegar al límite de máxima resistencia. Durante todo el proceso el paciente permanece monitorizado para vigilar la evolución de los datos que se van obteniendo y para poder detener la prueba en caso de detectarse alguna anomalía.
Preparación previa
La ergometría requiere una mínima preparación previa. Si el cardiólogo ha indicado la necesidad hacerla, simplemente debes evitar las comidas copiosas en las horas previas y también la práctica de ejercicio intenso el día anterior.
En general, esta prueba se realiza en casos concretos, bien para determinar el estado general del sistema cardiovascular y tener claro el grado de máximo esfuerzo que puede llegar a soportar (algo que interesa especialmente a los deportistas) o bien para obtener información precisa sobre la salud cardiovascular de una persona que se “sospecha” puede sufrir alguna patología que no se manifiesta en estado de reposo. Es frecuente que se haga en casos de arritmias y/o dolor torácico de causa desconocida y también es cada vez más habitual que el médico, como medida preventiva, la recomiende en caso de sufrir hipertensión arterial.