Mariola Báez
Medicina preventiva
¿Qué sabes sobre los lunares que tienes en el cuerpo?
Se calcula que el promedio en la población general es de unos 20 nevus (lunares) por persona
Los nevus melanocíticos, comúnmente llamados lunares, son tumores cutáneos benignos, según explican dermatólogos desde la Fundación Piel Sana (@pielsana_aedv), cuya presencia es normal en la inmensa mayoría de las personas.
Los hay de características diversas que no siempre sabemos identificar. Se diferencian en tamaños, formas, pigmentación… y, en una primera clasificación, hay que distinguir entre aquellos que son de nacimiento o que aparecen en el primer año de vida (nevus cogénitos) y los que surgen a medida que crecemos, generalmente hasta los 35-45 años. Los lunares se desarrollan y cambian con nosotros. No siempre un color poco habitual (por ejemplo un tono gris azulado), un halo blanquecino alrededor de un lunar o una forma irregular en su perímetro son señales de alarma. Conocerlos un poco mejor contribuirá a detectar cualquier posible anomalía que requiera consulta con el dermatólogo.
¿Qué tipos de nevus melanocíticos existen?
Tal como señala el Servicio de Dermatología del Hospital del Mar de Barcelona (@hospitaldelmar) no se conocen exactamente las causas que originan la aparición de los distintos tipos de lunares, aunque se considera que los factores genéticos son determinantes y que la exposición a los rayos solares también influye en que surjan a medida que vamos cumpliendo años.
Normalmente, los nevus tienen una consistencia elástica y resultan suaves al tacto. Su tamaño es muy variable, entre 5 y 10 mm, aunque puede haberlos más grandes, en cuyo caso merecen especial seguimiento. Su coloración oscila entre en marrón más oscuro y el más claro, y un lunar “sano” debe presentar una estructura simétrica, con los bordes bien definidos y un tono homogéneo. Es importante matizar que hay lunares que presentan irregularidades y no por ello tienen mayor riesgo de convertirse en tumores malignos. Es el caso de:
- Nevus azules. Presentan un color entre azul, verdoso o gris y no son infrecuentes en personas mayores. Destacan especialmente en las pieles más claras y. como el resto de los lunares, en principio, es una lesión cutánea totalmente benigna. El curioso color se debe a que, en este caso, los pigmentos responsables de la coloración se encuentran en las capas más profundas de la dermis.
- Halo nevus. También se le conoce como nevus Sutton y aunque puede aparecer a cualquier edad, lo habitual es que surja en el periodo de la adolescencia. Es también un lunar benigno, que se caracteriza por presentar a su alrededor un halo blanquecino pero simétrico, que puede incluso extenderse haciendo que la parte pigmentada disminuya. Es fruto de una reacción de carácter inflamatorio que debe tratar el dermatólogo.
- Nevus displásicos. Es un tipo de lesión generalmente benigna pero que puede presentar alguna característica propia del melanoma (tumor maligno) como la alteración de sus bordes o la irregular pigmentación. Por precaución, siempre deben ser revisados por el especialista, sobre todo si una persona presenta varios de estos lunares, ya que el riesgo de desarrollar melanoma se incrementa.
Autoexploración: medida esencial en el diagnóstico precoz del melanoma maligno
Hay que insistir en que tener lunares no es algo malo, simplemente, en la edad adulta, es importante observar cualquier alteración en ellos, porque esos cambios podrían ser una señal de melanoma o de otros tipos de cáncer de piel.
Como recuerda la Asociación Española Contra el Cáncer (@aecc_es) revisar manchas y lunares es básico para la detección precoz del melanoma. La regla ABCDE: Asimetría, Bordes irregulares, Color variado, Diámetro mayor de 6 mm. y Evolución (cambios recientes) indica que la consulta con el especialista no puede esperar.
¿Qué puedes hacer si tienes dudas sobre tus lunares? Nuevas técnicas de diagnóstico
Cualquier medida preventiva nunca está de más. Tú conoces tus nevus mejor que nadie y ante cualquier anomalía evidente (dolor, picor, sangrado…) o ante la duda, debes acudir al médico. Actualmente, los avances en dermatología, concretamente la técnica de dermatoscopia, ha supuesto una ayuda esencial a la hora de detectar cualquier posible alteración en manchas o lunares.
La dermatoscopia, cuya aplicación en Atención Primaria se va instaurando de manera progresiva, como afirma la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (@SEMERGENap) es una técnica no invasiva que puede realizarse en consulta y que permite, con ayuda de un dermatoscopio, observar la epidermis y la dermis más superficial al detalle, al quedar neutralizada la luz y los reflejos presente en la capa córnea, que pueden impedir apreciar cambios mínimos o alteraciones en la estructura cutánea. La Sociedad señala que con esta técnica se logra un diagnóstico más certero a la hora de descubrir lesiones sospechosas, evitando, además, en muchos casos, la necesidad de realizar una biopsia.
Algunos centros ya utilizan los llamados videodermatoscopios para elaborar “mapas” de manchas y lunares mediante la observación de su imagen ampliada. Estas imágenes podrán servir de referencia, pasados meses o años, ante un posible cambio observado en alguna de esas lesiones cutáneas.
Cualquier nueva técnica que ayude a distinguir nuestros lunares benignos de aquellos que pueden implicar riesgo para la salud, siempre es bienvenida.