Mariola Báez
Medicina preventiva
¿Sabes qué es un programa de cribado y en cuáles están incluidos los mayores?
La eficacia de estas actuaciones preventivas de salud, desarrolladas durante años, es elevada
La Ley General de Salud Pública define los programas de cribado como el conjunto de actividades orientadas a la detección precoz de una enfermedad, su diagnóstico y tratamiento temprano, que se ofrece a la población susceptible de padecerla aunque no presente síntomas ni haya solicitado ayuda médica.
En España, según recoge el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social (@sanidadgob), están vigentes dos programas de cribado poblacional principales, cuyas actuaciones se encargan de desarrollar y llevar a cabo las distintas comunidades autónomas: el Programa neonatal de enfermedades endocrino-metabólicas y el Cribado poblacional de cáncer, del que existen distintos programas específicos para tipos de cáncer más concretos.
También están en marcha, o ya en desarrollo, distintos cribados oportunistas, llamados así no con un matiz negativo, sino porque no son actividades sistemáticas que se realizan en un momento dado a petición de un interesado, que puede ser una institución determinada, una asociación o una organización, por ejemplo. También se denomina de esta manera a los cribados que se realizan aprovechando una consulta médica, que nada tiene que ver con la enfermedad motivo de estudio.
Las bases de un programa de cribado poblacional
La eficacia de las actividades que implica un cribado poblacional está comprobada en un gran número de casos, por ejemplo cuando se trata de determinados tipos de cáncer, entre ellos el de mama.
Un programa de estas características conlleva un importante proceso de planificación, coordinación de las distintas actuaciones y unificación de criterios a la hora de evaluar sus resultados. Su esquema básico y sus características principales pueden resumirse de la siguiente manera. En primer lugar, no se trata de una prueba puntual que se realice a un determinado grupo de personas, sino un proceso continuado. Un programa puede establecer la realización de una mamografía, una citología o una colonoscopia cada cierto tiempo (anual, cada dos años…).
Asimismo, se determina un grupo de población “diana” para desarrollar el programa, porque se estima que es en ese segmento donde la enfermedad, en la que se quiere profundizar, tiene una mayor prevalencia, aunque esto no quiere decir que necesariamente esas personas tengan un riesgo superior al del resto de la población. Generalmente se atiende a criterios de sexo y edad.
Es fundamental no confundir estos programas con lo que es un ensayo o estudio clínico, en el que una persona puede querer participar por algún interés concreto. Aquí no se admiten “voluntarios” y, por supuesto, no hay obligatoriedad de someterse a las pruebas que implica un cribado concreto. Aunque si formas parte de la población diana, tu médico te aconsejará que lo hagas como medida preventiva para cuidar tu salud.
La persona que participa en el cribado no debe haber desarrollado ni presentar síntomas de la patología que se está cribando.
Un cribado se inicia con algún tipo de prueba, que puede ser de diversa índole: un test sobre hábitos de vida, una analítica de sangre, una radiografía o ecografía, entre otras. Si el resultado obtenido es negativo, para la persona que se ha sometido a la prueba el cribado acaba aquí. Si por el contrario es positivo, es decir, se detecta alguna anomalía, se realizarán unas segundas pruebas y, ya con un diagnóstico confirmado, se procederá a determinar el tratamiento o intervención adecuada.
Uno de los principales problemas que presentan los cribados actualmente en curso es que, aunque en teoría están pensados para realizarse en todo el territorio nacional, existen importantes diferencias en su implantación en las distintas comunidades autónomas. En este sentido y como ejemplo, la Asociación Española Contra el Cáncer (@aecc_es) denuncia la situación de “inequidad e injusticia” que existe en el desarrollo del programa de cribado de cáncer de colon en España, un tipo de cáncer que presenta especial riesgo en la población con edades comprendidas entre los 50 y los 69 años.
¿Qué enfermedades son susceptibles de un cribado?
Es otro de los temas polémicos ya que existen distintas opiniones, pero intentado unificar criterios en cuanto a la organización y el desarrollo de estos programas, algo que recomienda el European Observatory on Health Systems and Policies (@OBShealth), las principales características que pueden hacer que una enfermedad sea objetivo de cribado son, según el Ministerio de Sanidad:
- Que se trate de un problema importante de salud, atendiendo a parámetros como su índice de mortalidad, morbilidad, discapacidado o coste social.
- Que sea una enfermedad perfectamente conocida y definida.
- Que tenga un periodo de latencia detectable, para que el cribado cumpla su función preventiva y de tratamiento precoz.
- Que el cribado pueda hacerse mediante una prueba sencilla, segura, fiable y eficiente.
Actualmente en España, las enfermedades que se siguen con estos programas cumplen dichas condiciones. De entre los cribados que inciden en los adultos mayores hay que destacar el del cáncer de mama, establecido para mujeres de entre 50 y 69 años; el de cuello de útero, también centrado en la población femenina de 25 a 65 años; y el de colon, para personas de entre 50 y 69 años. Otros, como el de próstata, el de cérvix o el de pulmón, de momento, no está prevista su inclusión en este tipo de medidas preventivas que hay que explicar, también implican determinados riesgos.