Mariola Báez
Medicina preventiva
Retinopatía, una de las afecciones oculares más graves que puede sufrir una persona diabética
Los programas de teleoftalmología contribuyen a la detección precoz de esta dolencia
Las personas que padecen diabetes han de ser muy conscientes de la importancia del cuidado específico y de la vigilancia que requieren algunos órganos o miembros de su anatomía, en concreto, los pies y los ojos.
Son muchas las patologías oculares que pueden tener su origen en esta enfermedad, que altera los niveles correctos de azúcar en sangre desencadenando múltiples consecuencia que afectan a la salud. De todas ellas, la retinopatía diabética es la más grave según afirma la Fundación Española de Diabetes (@SEDiabetes)
La retinopatía diabética, generalmente ligada a la diabetes Mellitus, puede manifestarse de formas diversas o no hacerlo durante meses o años, pero supone un riesgo grave incluso de ceguera, porque el avance de la enfermedad desemboca en la aparición de lesiones en los vasos sanguíneos de la propia retina con el consiguiente peligro de hemorragia.
La importancia de las revisiones y el apoyo de las nuevas tecnologías
Los oftalmólogos insisten en la importancia de las revisiones oculares, que cobran especial importancia en el caso de personas con diabetes. La revisión anual (como mínimo) es la única manera de detectar, de manera precoz, el desarrollo de una retinopatía o de cualquier otra patología que, de esta manera, podrá ser tratada evitando consecuencias graves.
En este sentido, hay que destacar el importante papel que pueden llegar a desempeñar las nuevas tecnologías a la hora de evitar que una patología ocular derive en ceguera. Programas de teleoftalmología para la detección de la retinopatía diabética en atención primaria y hospitalaria, como el llevado a cabo por los profesionales de la Gerencia de Atención Integrada de Albacete, demuestran que una sencilla prueba diagnóstica puede evitar serias complicaciones. En concreto, este proyecto pionero ha consistido en realizar una retinografía en el mismo centro de atención primaria y derivarla, para su correcta lectura, a profesionales oftalmólogos que, según los resultados obtenidos, descartarán la existencia de síntomas de la enfermedad o, por el contrario, determinarán la necesidad de nuevas pruebas (entre ellas un examen de fondo del ojo) y de una revisión en profundidad que marque las pautas necesarias para iniciar un posible tratamiento con todas las garantías.
La posibilidad de realizar una retinografía en la misma consulta y enviarla de manera telemática al oftalmólogo para su revisión supone un avance que, sin duda, puede ayudar a frenar la retinopatía diabética y sus consecuencias.