Victoria Herrero
Medicina preventiva
La revisión de tu audición es clave para la prevención y el diagnóstico precoz
Los expertos aconsejan hacernos una exploración cada año, especialmente a partir de los 50
Salvo si tenemos un problema de salud que nos cause molestia o dolor importante, en ocasiones solemos ser perezosos para hacernos las revisiones oportunas. Algo esencial para cuidarnos y a modo de prevención de futuras dolencias. En ocasiones, los oídos son los grandes olvidados –por detrás de la vista–, pero resulta clave que nos hagamos revisiones de manera frecuente para comprobar que todo marcha correctamente o ante la mínima molestia auditiva. Consejos que nos ofrece La Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC).
No está de más tener esto presente cuando hace apenas unos días, el pasado 3 de marzo se celebró el Día Internacional de la Audición y que, según nos recuerda la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 5% de la población mundial tiene problemas de audición. Para no unirnos a esta lista, conviene hacernos una exploración auditiva anual, incluso aunque pensemos que oímos perfectamente. Una necesidad que se acentúa a partir de los 50 años.
¿En qué consiste una revisión de la audición?
Así, cuando acudamos a nuestro otorrino o bien nos acerquemos a un centro especializado, nos evaluarán nuestra capacidad de audición en unas sencillas pruebas indoloras. Una de ellas es apreciar nuestra capacidad auditiva y para ello nos hacen pasar al interior de una cabina insonorizada.
La siguiente prueba es una otoscopia para comprobar si hay algún problema en el conducto auditivo o en el tímpano: cerumen, heridas, inflamación, supuraciones o perforaciones. Y, a continuación, se practican varias audiometrías al paciente:
- Tonal vía aérea: para conocer el umbral de audición de dicha persona.
- Tonal vía ósea: que mide la capacidad de audición del oído interno.
- Verbal: se trata de una prueba complementaria para ver el grado de comprensión del lenguaje (inteligibilidad) y la capacidad de distinguir los fonemas.
Cuida tus oídos
Qué cierto es ese refrán popular que dice "más vale prevenir que curar". Pues en el caso de nuestra salud es una buena medida tomarlo como referente. Por eso, no está de más que sigamos una serie de consejos para evitar futuros problemas auditivos:
- Evita poner la televisión o aparatos de sonido a un volumen excesivo que, a la larga, dañará tus oídos. Si usas cascos o auriculares, llévalos a un volumen recomendado y no los uses durante mucho tiempo.
- Vigila tus oídos en épocas de catarros, ya que es una zona delicada que se suele resentir con estos procesos gripales.
- Olvídate de los conocidos bastoncillos para lavarte los oídos. No son muy recomendados ya que puede dañar la membrana y el interior. "Para mantener la higiene de los oídos basta con limpiar la entrada del conducto que sale al pabellón auditivo con el dedo al ducharnos o al lavarnos la cara. El oído tiene un sistema de autolimpieza que expulsa al exterior mediante la cera".
- Cada vez que te duches o vayas a una piscina, procura que no queden restos de humedad en el oído.