Teresa Rey
Medicina preventiva
La rizartrosis afecta al dedo pulgar de la mano y es muy frecuente en mayores de 65 años
Es más común en mujeres que en hombres y en estados avanzados puede impedir coger objetos
La rizartrosis es un tipo de artrosis que afecta a la raíz del dedo pulgar de la mano. La sufren dos de cada tres españoles mayores de 65 años, según la Sociedad Española de Reumatológica (SER @SEReumatologia). Además, es más frecuente en mujeres que en hombres. El pulgar, que representa el 40% de la función de la mano, según los expertos, es el que hace de “pinza” con el resto de los dedos, de modo que cuando se presenta este problema es posible que tengamos dificultades a la hora de coger un objeto.
A quién afecta
El paso de los años es uno de los factores de riesgo para desarrollar artrosis. De hecho, la frecuencia con que esta afecta a las personas aumenta con la edad, sobre todo, a partir de los 40-50 años, indican desde la SER.
En el caso específico de la rizartrosis y en especial en las mujeres, este trastorno es más habitual tras la menopausia, o en aquellas que han realizado trabajos manuales durante mucho tiempo, lo que facilita que la articulación que une el dedo pulgar con la muñeca se deteriore.
Síntomas
El síntoma principal es el dolor, que será más o menos intenso según el grado en el que se encuentre la artrosis. En un nivel inicial, que es cuando solo hay una disminución leve del espacio articular, este aparece solo cuando hacemos algún movimiento concreto. A medida que la degeneración es mayor, las molestias se incrementan de modo que en un estado muy avanzado son prácticamente constantes.
Al mismo tiempo se puede experimentar rigidez o limitación de movimientos, en concreto, en esos casos más graves. De modo que hacer actividades que implican la actuación del lugar resulta muy doloroso y casi imposible, como por ejemplo sujetar objetos o pellizcar.
Cuando se experimente alguno de estos síntomas en sus estadios iniciales es importante acudir al médico cuanto antes. Sobre todo, cuando empezamos a notar dolor en la zona al realizar nuestras labores cotidianas. Según expertos de Laboratorios Cinfa, un diagnóstico precoz ayuda a controlar mejor los síntomas y la evolución de la rizartrosis.
Qué opciones de tratamiento hay
En un primer momento el tratamiento conservador se basa en la ingesta de antiinflamatorios, uso de férulas para restringir el movimiento de la articulación y un proceso de rehabilitación que puede englobar distintas terapias.
Si no se produce mejoría entonces la otra alternativa es el abordaje quirúrgico, que puede suponer la inclusión de una prótesis, fijar la articulación o la extirpación del trapecio reconstruyendo posteriormente los ligamentos de la zona.