¿Sabes qué puedes hacer para cuidar tus cuerdas vocales?

Son datos de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (@SEORLCCC), que también apuntan a que 1 de cada 13 personas en España padece un trastorno de este tipo, no recibiendo el tratamiento adecuado en la mayoría de los casos.

La voz es una herramienta básica en nuestra comunicación a la que no solemos prestar la debida importancia ni dar los cuidados necesarios. Como explican médicos expertos, ese sonido, que se transforma en palabras, se produce cuando el aire de los pulmones pasa a través de la laringe y hace que vibren las cuerdas vocales.

A lo largo de la vida, nuestra voz experimente cambios normales. Su timbre y ritmo se modifica a medida que sumamos décadas. Esos cambios habituales no deben confundirse con patologías que pueden afectar a los órganos de fonación. Las alteraciones anómalas de la voz, o disfonías, pueden deberse a causas diversas, desde una determinada enfermedad, hasta el mal uso o falta de cuidado de nuestra propia voz, algo que se puede prevenir con medidas sencillas.

Las disfonías prevalentes en personas mayores y sus causas

Los cambios en la voz pueden tener orígenes muy distintos, desde un proceso inflamatorio pasajero en garganta y laringe debido a un proceso catarral, hasta patologías más serias, como pueden ser la presencia de nódulos o pólipos en las cuerdas vocales que es importante tratar y diagnosticar. La American Speech-Language-Hearing Association (@ASHAWeb) explica que los nódulos son crecimientos benignos (no cancerosos), en el tejido de las cuerdas vocales, que tienden a endurecerse, mientras que los pólipos son lesiones, generalmente de mayor tamaño, que podrían compararse a una ampolla.

Afonía, ronquera, voz más grave de lo habitual, voz entrecortada… son síntomas de que algo ocurre con nuestras cuerdas vocales y muchas veces es el hecho de utilizar de modo inadecuado la voz lo que acaba provocando esas disfonías. Los otorrinolaringólogos insisten en que cualquier alteración de la voz que se prolongue más de una semana requiere consultar con el especialista, sobre todo si se tiene (o se ha tenido) el hábito nocivo del tabaco.

¿Qué puedes hacer para cuidar tu voz?

Igual que revisamos nuestros ojos acudiendo al oftalmólogo con la debida frecuencia, también, a medida que se cumplen años, hay que vigilar el buen estado de los órganos de fonación que nos permiten algo tan básico, pero tan importante, como es el hecho de poder comunicarnos. Además, hay gestos muy sencillos que contribuyen a la salud de nuestras cuerdas vocales, entre ellos:

• Procurar evitar aquellas sustancias que puedan irritar o resecar la mucosa que recubre la laringe como por ejemplo el tabaco, las bebidas alcohólicas, la cafeína o las comidas muy picantes, huyendo, además, de aquellos espacios cerrados cargados de polvo en el ambiente o humo (al menos intentar hablar lo menos posible en estos entornos).
• Utilizar un tono de voz adecuado. Hablar más alto de lo que permiten nuestras cuerdas vocales implica exigirles un esfuerzo que puede pasar factura. Sin darnos cuenta, a veces hablamos “a gritos”, intentando superar el ruido ambiental, la música en un bar o restaurante, alzando la voz en una reunión para que se nos escuche… lo ideal es mantener un tono normal, ni demasiado alto, ni tampoco hablando constantemente en susurros (también exigen un esfuerzo de control vocal).
• Evitar el carraspeo. Toser, en un momento dado, es inevitable pero hay personas que carraspean casi por costumbre, de manera inconsciente, algo que daña innecesariamente garganta y cuerdas vocales.
• Controlar la respiración al hablar. No es bueno utilizar el aire residual de los pulmones para intentar decir esa “última frase” hasta el punto de sentir cierta sensación de ahogo. Sin darnos cuenta, ese gesto también “fuerza” las cuerdas vocales.
• La voz requiere descanso. Permanecer en silencio unos minutos, 10 – 15, cada cierto tiempo, es una medida sencilla especialmente importante en el caso de aquellas personas que, por su trabajo ,utilizan su voz durante horas de forma continuada (profesores, cantantes, locutores…).
• Dormir lo suficiente. Es una medida esencial para la salud general pero, aunque no reparemos en ello, también lo es para la de nuestra garganta.
• Hidratarse correctamente. Los necesarios dos litros de agua diarios contribuyen a mantener en buen estado nuestra laringe.

Tratamientos rehabilitadores de la voz

No solo debemos y podemos cuidar la voz con estas medidas. Además, cuando existe una disfonía prolongada, es importante acudir al especialista porque existen tratamientos que pueden ayudar a aliviar o  a resolver de forma definitiva el problema.

Como señala la Asociación Española de Logopedia, Foniatría y Audiología (Aelfa -If), la foniatría es una disciplina médica que se encarga del diagnóstico y tratamiento de las alteraciones de la voz y son muchas las herramientas con las que cuenta para dar solución a problemas comunes.

En muchos casos, la voz se puede rehabilitar con terapias específicas, en la que intervienen otorrinos, logopedas y foniatras, que pueden ayudarnos a aprender a respirar y a utilizar el tono correcto de voz que no dañe nuestros órganos de fonación. También son los profesionales que pueden indicarnos la necesidad de recurrir a tratamientos innovadores que pueden incluir intervenciones quirúrgicas.