Teresa Rey
Medicina preventiva
El sedentarismo favorece la incontinencia urinaria en las mujeres mayores
Así lo ha determinado un estudio realizado en 495 mujeres de más de 60 años con esta patología
El sedentarismo y la incontinencia urinaria en mujeres mayores tienen un vínculo directo, tal y como ha determinado un estudio realizado por la Glasgow Caledonian University (Escocia), en la que ha participado la Universitat de Vic-Universitat Central de Catalunya (UVic-UCC @uvic_ucc). El estudio, impulsado por un grupo de investigación de la universidad escocesa Ageing Well, se ha realizado tras analizar los datos de 495 mujeres de más de 60 años con distintos problemas de incontinencia.
No estar mucho tiempo sentadas
Los resultados de esta investigación publicada en la revista Plos One, han reflejado que las mujeres que presentan incontinencia urinaria permanecen sentadas durante periodos de tiempo un 19% más largos que las que no presentan dicho trastorno.
En la actualidad, los trastornos relacionados con el control de la vejiga que sufre con más frecuencia este sector de la población se pueden reducir a tres. Por un lado, la incontinencia por estrés o esfuerzo, relacionada con los partos y la debilidad muscular que da lugar a fugas; la de urgencia, cuando no se llega al baño por un problema de control de esfínteres; una mezcla de estos dos, que suele ser más común en las mujeres mayores, explican los expertos de la Universidad de VIC.
Las mujeres seleccionadas para el estudio forman parte de una cohorte de 5.500 personas elegidas de forma aleatoria, y pertenecientes a la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de los Estados Unidos. Estas llevaron un acelerómetro, es decir, un dispositivo para medir la actividad física, las 24 horas durante cinco días.
El coordinador del grupo de investigación Methodology, Methods Models and Outcomes of Health and Social Science (M3O), Javier Jerez-Roig, que ha colaborada en este análisis, ha matizado que tras la evidencia que dicho informe ha demostrado es clave “sentarse menos y moverse más”. Sería interesante además repartir los momentos en los que permanecemos sentados en menos de dieciocho minutos, según el experto.
Hasta el momento se sabía que el sedentarismo era nocivo para este colectivo, pero lo que se desconocía era que existía un vínculo directo con la incontinencia urinaria cuando estos periodos se producen de forma prolongada. “Específicamente, el tipo de incontinencia que parece estar más relacionado es el de urgencia, así que aconsejo a las mujeres que se sienten menos y se muevan más”, ha matizado Javier Jerez-Roig.
Moverse más
La solución para este experto no es solamente decirles a las mujeres, por tanto, que hagan más ejercicios de suelo pélvico, sino informarles de que se han de mover más y reducir el tiempo en el que permanecen sentadas para así prevenir la incontinencia.
Este trastorno se puede solucionar a corto plazo con el uso de ciertas medidas como los pañales y la medicación, entre otros. Sin embargo, los investigadores han observado que la incontinencia de urgencia, que tiende a aumentar a medida que se envejece, “puede que mejore si no eres tan sedentario”. Por ahora se sabe que sentarse durante mucho tiempo desde luego no ayudará en esta situación. No obstante, en su opinión la medicación solo ha de emplearse como última opción tras comprobar cómo van funcionado el resto de las demás vías como la fisioterapia, las medidas conductuales, etcétera.
La profesora Joanne Booth, que también ha participado en esta investigación, ha añadido que tres cuartas partes de las mujeres pueden mejorar o curar sus problemas de incontinencia a través de “técnicas sencillas como el entrenamiento de la vejiga o ejercicios musculares del suelo pélvico, moviéndose más y modificando los hábitos, como la ingesta de líquidos."
Otros efectos
Diversos datos respecto a los niveles de actividad física entre la población han demostrado que las mujeres suelen ser más sedentarias que los hombres, entre otros motivos por falta de tiempo libre. Según la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial, se considera que el 70% de los trastornos de salud del género femenino están relacionados de forma directa o indirecta con la falta de actividad física. Es un hecho demostrado que las féminas más activas desarrollan menos enfermedades coronarias que las que no lo son. De hecho, quienes se mueven menos presentan una mayor propensión a la depresión, sienten más los efectos de la menopausia, poseen más problemas relacionados con el sueño y son más propensas a presentar deterioro cognitivo.
En general, una vida sedentaria aumenta la posibilidad de tener obesidad, presión arterial y colesterol altos, síndrome metabólico, diabetes tipo 2, algunos cánceres como el de mama, útero y colon, y osteoporosis y riesgo de caídas, etcétera. Los expertos aseguran además que ser inactivo incrementa la posibilidad de muerte prematura, y cuanto más sedentarios seamos, en general, se aumentan los riesgos para la salud, tanto en mujeres como hombres. Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS), se considera que “las enfermedades no transmisibles asociadas a la inactividad física son el mayor problema de salud pública en la mayoría de los países del mundo.” Por ello, bajo su perspectiva se deberían incrementar medidas eficaces para incrementar la práctica de actividad física en todas las poblaciones.