Verónica Mollejo
Medicina preventiva
Signos de que la glándula tiroides no funciona correctamente
Este problema puede desencadenar una enfermedad conocida como hipotiroidismo o tiroides hipoactiva
La glándula tiroides tiene forma de mariposa, está ubicada justo arriba de la clavícula y su función principal es producir las hormonas tiroideas, que a su vez se encargan de regular el metabolismo de las proteínas, los carbohidratos y las grasas, y favorecen el crecimiento de las células de todo el cuerpo. Lamentablemente, su rendimiento a veces falla, provocando una serie de desequilibrios en el organismo que pueden encender la voz de alarma.
Sin embargo, estos signos pueden ser confusos y poco específicos, lo que impide que el paciente en cuestión acuda al médico y tome medidas para solventar la situación. Bajo esta premisa, existen una serie de síntomas que, sin aportar un diagnóstico definitivo (esto depende exclusivamente del especialista), pueden ayudarte a identificar el problema, como el aumento o la pérdida de peso repentinos o las variaciones en el estado de ánimo, los más frecuentes.
Vigila la piel, las uñas y el cabello
Al ser partes del cuerpo que están visibles constantemente, son de los primeros signos que el paciente es capaz de localizar. Hablamos de una caída inexplicable del cabello, el agrietamiento de las uñas, una piel más reseca de lo habitual o una pérdida de grosor del vello, entre otras características. Estas suelen estar relacionadas con el hipotiroidismo, “un trastorno en el cual la glándula tiroides no produce la cantidad suficiente de ciertas hormonas cruciales”, según explica la célebre Clínica Mayo.
Fatiga extrema
Esta dolencia también puede provocar un cansancio o fatiga excesivos y sin motivo aparente. Es cierto que se trata de un síntoma que puede surgir por cualquier otro problema. Por eso, si notas que esta sensación dura demasiado, incluso cuando duermes las ocho horas recomendadas, lo mejor es que acudas al médico para descartar otro origen y concretar el diagnóstico.
Dolores articulares y musculares
Al no recibir la cantidad suficiente de hormonas tiroideas, lo normal es que tus músculos y articulaciones estén resentidos y generen ciertas molestias, sobre todo en las extremidades y cuando no has practicado ningún ejercicio de alta intensidad. En este sentido, los calambres y las contracciones fibrilares son muy comunes.
Estreñimiento
Uno de los efectos del mal funcionamiento de la glándula tiroidea es la ralentización de los procesos corporales y la dificultad de algunos órganos de cumplir sus funciones. Y el aparato digestivo no es una excepción. La falta de hormonas impide la correcta absorción de nutrientes y la expulsión de los residuos, fomentando así un caso claro de estreñimiento.
Temperatura corporal
Sentir las manos y los pies fríos, así como el resto del cuerpo, también puede ser un signo de que la hormona tiroidea no fluye como debería, pues esta se encarga de mantener el calor en el cuerpo. Preocúpate si este cambio de temperatura es intermitente y se extiende en el tiempo, cuando antes no lo hacía.