Victoria Herrero
Medicina preventiva
Los síntomas iniciales que puede alertar de esclerosis múltiple en una persona mayor
A veces, los primeros indicios se pueden confundir con los de otras enfermedades neurodegenerativas
La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad autoinmune que progresivamente va atacando al sistema nervioso central; lo que se traduce, con el tiempo y según la evolución de cada caso, en una pérdida de comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo que se manifiesta de forma evidente en una falta de motricidad o de las capacidades cognitivas de las personas que padecen esta patología. Y todo provocado por un sistema inmunitario que ataca "por error" a la mielina (sustancia que envuelve las fibras nerviosas). Una situación que, en nuestro país, padecen cerca de 50.000 personas (más de 2 millones en todo el mundo).
La sintomatología que acompaña a la esclerosis múltiple
A la hora de manifestarse esta enfermedad, nos encontramos ante una realidad un tanto compleja, como reconocen desde la Fundación Esclerosis Múltiple (@FundacioEM) ya que la sintomatología es muy variada según cada persona, el tipo de esclerosis múltiple o el avance de esa patología; algo que obstaculiza el diagnóstico de esta enfermedad. Incluso señales como la fatiga o el dolor pueden que no sean asociadas, en un primer momento, a este tipo de pacientes.
Aun así, existen una serie de primeros indicios que, según estos especialistas, son más comunes y que podemos observar en los primeros estadios cuando está enfermedad "ataca", también al hablar de personas mayores. La depresión, los problemas de equilibrio, los trastornos de visión, el hormigueo, la falta de destreza muscular, el dolor o la dificultad para caminar son algunas de las señales iniciales más recurrentes en estos pacientes.
Avances en la investigación de esos síntomas
Unas señales que, en un primer momento y como explican investigadores de la Universidad de la Columbia Británica (@UBC) que trabajan en la investigación de estos indicios antes de las manifestaciones clínicas, en ocasiones se confunden con otras enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer o el párkinson; sobre todo cuando el paciente es una persona mayor. Y es que, en algunos casos, se trata de evidencias muy similares que solo se corroboran con su correspondiente diagnóstico.
En lo que sí están de acuerdo estos investigadores canadienses es que las personas que finalmente desarrollan esclerosis múltiple acuden con mayor frecuencia al médico y a los hospitales en los 5 años anteriores a ese resultado que confirme la patología. Algo que puede demostrar, a juicio de estos investigadores, que esos síntomas pueden comenzar durante ese período.
En definitiva, todavía queda mucho por estudiar, pero se trata de un nuevo paso para investigar la sintomatología de una enfermedad de la que se desconoce la causa o el origen más o menos claro de su aparición. Incógnita que se repite a la hora de pronosticar, por parte de especialistas médicos e investigadores, la evolución de dicha patología: mientras en algunas personas incide de forma más débil y de manera puntual, en otras, el avance es más rápido.