Verónica Mollejo
Medicina preventiva
Conoce todos los tipos de insomnio que existen: ¿cuál padeces tú?
Verónica Mollejo
Lunes 27 de abril de 2020
ACTUALIZADO : Lunes 27 de abril de 2020 a las 6:26 H
3 minutos
Existen muchos tipos de insomnio, que se basan en la causa, la duración o el origen del trastorno
Tal y como explican desde la Sociedad Española del Sueño, “el insomnio se define como una dificultad persistente en el inicio del sueño, su duración, consolidación o calidad que ocurre a pesar de la existencia de adecuadas circunstancias y oportunidad para el mismo y que se acompaña de un nivel significativo de malestar o deterioro de las áreas social, laboral, educativa, académica, conductual o en otras áreas importantes del funcionamiento humano”.
Un trastorno muy frecuente en la sociedad actual que está provocado por diversos factores como el estrés, el abuso de sustancias, una alimentación inadecuada u otras afecciones como la diabetes, las enfermedades cardíacas o el asma. Además, el insomnio no solo va acompañado por la dificultad para conciliar el sueño, también provoca irritabilidad, somnolencia diurna, falta de concentración o depresión.
Todos estos factores influyen notablemente en el devenir de la enfermedad, además de disponer una clasificación que muy pocos conocen y que determina el tratamiento más adecuado.
Tipos de insomnio más frecuentes
Son muchos los parámetros que se utilizan para clasificar los tipos de insomnio que existen como, por ejemplo, las causas que hay detrás, la intensidad, la duración o la naturaleza de sus síntomas. Bajo esta premisa, ¿cuáles son los más comunes?
-
Intrínseco y extrínseco. Esta primera clasificación define los problemas para dormir asociados a una alteración del funcionamiento del cerebro como, por ejemplo, una lesión cerebral. En cambio, el insomnio extrínseco depende de los factores que habitan en el entorno, como el consumo de medicamentos o una desestructuración del horario de trabajo.
-
Crónico y agudo. Como hemos visto, el insomnio también depende del tiempo que acompañe al paciente. Así, el insomnio crónico supera los seis meses y el agudo o transitorio apenas permanece cuatro semanas.
Leve, moderado y severo. En este caso, la tipología hace referencia a la intensidad del problema. Si afecta de manera superficial y sin hacer mella en tu rutina diaria, estás ante un insomnio de tipo leve. El moderado es aquel que provoca malestar general y cansancio, perjudicando los hábitos de vida del paciente. Mientras que el severo suele provocar problemas de memoria, mal humor o falta de energía importante, además de la incapacidad para volver a un estado normal.
De conciliación, de mantenimiento y despertar precoz. Cuando tienes problemas para conciliar el sueño, pero una vez conseguido puedes dormir plácidamente, se trata de un caso de insomnio de conciliación. Por el contrario, si lo que te cuesta es mantenerlo, te despiertas varias veces a lo largo de la noche y no descansas bien, estás ante un insomnio de mantenimiento. En cuanto al despertar precoz, lo padecen aquellas personas que se despiertan en mitad de la noche y luego no pueden volver a dormirse por sentirse demasiado activas.