Ignacio Casanueva
Ignacio Casanueva es redactor especializado en temas de tecnología y salud.
… saber más sobre el autorMartes 13 de octubre de 2020
ACTUALIZADO : Miércoles 11 de noviembre de 2020 a las 17:15 H
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Si el deporte es bueno para el cuerpo ¿por qué no lo va a ser para el cerebro? Esta pregunta se la hicieron neurocientíficos de la Universidad de Ginebra (Suiza) quienes comenzaron a evaluar el rendimiento de la memoria después de una sesión deportiva.
Gracias a esta curiosidad se dieron cuenta que una sesión de ejercicio físico intenso de tan solo 15 minutos en una bicicleta mejora la memoria, incluida la adquisición de nuevas habilidades motrices. Según sus hallazgos, son los endocanabinoides los responsables de este aumento.
La investigación se ha publicado en la revista científica “Scientific Reports”, donde destacan las virtudes para la salud y para la educación. Los programas y estrategias escolares destinados a reducir los efectos de la neurodegeneración en la memoria tienen en este estudio un motivo beneficiarse de él.
Justo después de un ejercicio deportivo, es común decir “que agusto estoy o que agusto me he quedado”, un bienestar que es tanto físico como psicológico. Son los endocanabinoides los que también están detrás de esta satisfacción.
Para probar el efecto del deporte en el aprendizaje motor, los científicos pidieron a un grupo de 15 hombres jóvenes y sanos, que no eran atletas, que se sometieran a una prueba de memoria en tres condiciones de ejercicio físico: después de 30 minutos de ciclismo moderado, tras 15 minutos de ciclismo intenso o después de un período de descanso.
"El ejercicio era el siguiente: una pantalla mostraba cuatro puntos colocados uno al lado del otro. Cada vez que uno de los puntos se convertía brevemente en una estrella, el participante debía pulsar el botón correspondiente lo más rápido posible. Seguía una secuencia predefinida y repetida para evaluar con precisión cómo se aprendían los movimientos. Esto es muy similar a lo que hacemos cuando, por ejemplo, aprendemos a escribir en un teclado lo más rápido posible. Después de una sesión deportiva intensiva, el rendimiento fue mucho mejor", detalla Blanca Marín Bosch, una de las autoras.
Además de los resultados de las pruebas de memoria, los científicos observaron cambios en la activación de las estructuras cerebrales con la resonancia magnética funcional y realizaron análisis de sangre para medir los niveles de endocannabinoides. Los diferentes análisis coinciden: cuanto más rápido son los individuos, más activan su hipocampo (el área cerebral de la memoria) y el núcleo caudado (una estructura cerebral implicada en los procesos motores).
Además, sus niveles de endocannabinoides siguen la misma curva: cuanto más alto es el nivel después de un esfuerzo físico intenso, más se activa el cerebro y mejor es el rendimiento del cerebro. "Estas moléculas están implicadas en la plasticidad sináptica, es decir, en la forma en que las neuronas están conectadas entre sí, y por lo tanto pueden actuar sobre la potenciación a largo plazo, el mecanismo para la consolidación óptima de la memoria", reflexiona Marín Bosch.
En un estudio anterior, el equipo de investigación ya había demostrado el efecto positivo del deporte en otro tipo de memoria, la memoria asociativa. Pero, contrariamente a lo que se muestra aquí, habían observado que una sesión deportiva de intensidad moderada, no de alta intensidad, producía mejores resultados. Así pues, así como no todas las formas de memoria utilizan los mismos mecanismos cerebrales, no todas las intensidades deportivas tienen los mismos efectos. Cabe señalar que en todos los casos, el ejercicio físico mejora la memoria más que la inacción.