Ignacio Casanueva
Ignacio Casanueva es redactor especializado en temas de tecnología y salud.
… saber más sobre el autorPicor en el pelo, restos sobre los hombros… unas molestias que deben alertarnos de un problema muy común: la caspa. Este trastorno afecta a la mitad de la población adulta, sin diferencia de sexo, según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
La caspa, también conocida como Pitiriasis, es una patología más estética que sanitaria, por lo que las personas que la padecen intentarán eliminarla de la forma más rápida.
Las causas de la aparición de este problema dermatológico pueden ser varias. La mayoría de los casos se debe a una infección micótica, es decir, a un hongo. En concreto el Pityrosporum Ovale.
Otra de las causas puede ser por una excesiva descamación de las células que forman el cuero cabelludo como consecuencia de una regeneración muy rápida de las células de la piel.
Por último, la caspa puede ser un efecto colateral de otra enfermedad como la psoriasis, eczema, una sudoración abundante, estrés, ansiedad, exceso de grasa o un desequilibrio hormonal.
Como apunta la AEDV no hay diferencia entre mujeres u hombres, además de que puede aparecer en cualquier momento y en cualquier tipo de cabello. Sí indican que las estaciones frías y secas pueden intensificar los síntomas. Desde la asociación diferencian dos tipos de caspa:
El más común son las escamas de la piel que se manifiesta como puntos blancos en el pelo, las cejas, la barba y en menos número el bigote. El segundo síntoma por el número de casos sería el picor junto a la irritación de las mismas zonas donde aparece la caspa.
El primer consejo que se viene a la cabeza, y en cualquier conversación, es utilizar un champú anticaspa. Aun así hay casos en los que dependiendo de los factores que la causen, además del paciente, habrá que seguir unos pasos u otros. Por ejemplo: