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Muchos productos alimenticios vendidos en Europa no cumplen con dos conjuntos de criterios nutricionales desarrollados para restringir la comercialización a los niños en la Unión Europea, según una nueva investigación del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, que se publica en la revista de acceso abierto 'Plos One'.
Investigaciones anteriores han demostrado que comercializar alimentos con altos niveles de grasas, azúcares y sal para los niños es perjudicial para sus dietas. En respuesta, la Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud para Europa y la iniciativa del sector privado EU Pledge han desarrollado modelos de perfil de nutrientes que establecen criterios para decidir qué productos alimenticios son lo suficientemente saludables para comercializar a los niños.
Sin embargo, la forma en que los productos líderes en Europa se comparan con estos criterios no ha sido clara.
Para abordar esta brecha de conocimiento, Stefan Storcksdieck, Genannt Bonsmann y sus colegas, analizaron 2.691 alimentos preenvasados vendidos en 20 países de la UE, incluidos cereales para el desayuno, yogures, comidas preparadas y carnes y mariscos procesados.
Utilizando datos nutricionales de Euromonitor International, evaluaron cuánto se ajustaba cada producto a los criterios de comercialización del Compromiso de Europa y la UE de la OMS.
El análisis mostró que el 48 % de los productos no eran elegibles para la comercialización para niños bajo los criterios del Compromiso de la UE, y el 68 % no eran elegibles según los criterios de la OMS para Europa.
Los principales factores que contribuyeron a la inelegibilidad fueron los altos niveles de azúcar en los cereales y yogures para el desayuno, los altos niveles de sal en las comidas preparadas y las carnes y mariscos procesados, y los bajos niveles de fibra en los cereales para el desayuno.
Así muchos yogures no cumplieron con los criterios de grasas totales y saturadas, y muchas comidas congeladas no cumplieron con los criterios de calorías. Muchos de los productos incluidos en el análisis tienen una gran participación en el mercado, por lo que es probable que los niños los consuman incluso sin comercialización directa para los niños.
Aunque este estudio no puede proporcionar información sobre el consumo o la ingesta general de nutrientes, los hallazgos podrían ser útiles para monitorear y mejorar el suministro de alimentos.
Los autores agregan: "Nuestro estudio muestra la necesidad y el alcance de la reformulación e innovación de productos alimenticios. Los criterios nutricionales pueden guiar el proceso hacia una oferta de alimentos que facilite las elecciones saludables".