Desigualdades de género sanitarias: revelan que las mujeres reciben menos fármacos tras un infarto
La edad y la presencia de otras enfermedades son algunos factores que explican las diferencias
Un estudio llevado a cabo por el Grupo de Investigación en Servicios Sanitarios de Aragón (GRISSA), con la participación de investigadoras de la Universidad de Zaragoza (Unizar) y de la Fundación Instituto de Investigación Sanitaria Aragón (IIS Aragón), ha revelado desigualdades de género en la atención médica tras un infarto de miocardio.
En la investigación, Desigualdades de género en los patrones de prescripción e inicio de los fármacos recomendados por las guías tras un infarto agudo de miocardio, han participado Irene López Ferreruela, Sara Malo Fumanal, Blanca Obón Azuara, María José Rabanaque Hernández, Adriana Gamba, Sara Castel Feced e Isabel Aguilar Palacio y ha sido publicada en BMC Public Health.
El principal objetivo era comprobar si existían diferencias en la prescripción de los fármacos más importantes para la recuperación y prevención de nuevos eventos, y qué factores podían estar influyendo en estas diferencias. Para ello, se analizaron datos de pacientes aragoneses que sufrieron su primer infarto entre 2017 y 2022 concluyendo que las mujeres reciben con menor frecuencia los medicamentos recomendados por las guías de práctica clínica para prevenir nuevos problemas cardíacos.
Mientras que algunos de los medicamentos clave de prevención de problemas cardíacos como antiagregantes plaquetarios, estatinas y betabloqueantes se recetan con menos frecuencia a las mujeres en comparación con los hombres, el estudio ha revelado que otros fármacos que no son de primera línea en la prevención tras un infarto, como el rivaroxabán o los bloqueadores de los canales de calcio, son más comúnmente prescritos a mujeres.
"Nuestro estudio destaca la importancia de incorporar una perspectiva de género en la atención sanitaria tras un infarto agudo de miocardio para abordar las desigualdades existentes", han indicado las autoras. "Entre las acciones que se podrían implementar se encuentran garantizar la representación adecuada de mujeres en los estudios clínicos, tarea todavía pendiente a día de hoy, desarrollar guías de práctica clínicas diferentes para hombres y mujeres o fomentar la equidad en el acceso a tratamientos".
Factores que explican las diferencias
Ante esto, las investigadoras identificaron varios factores que pueden explicar estas desigualdades. En primer lugar, la edad y la presencia de otras enfermedades parecen jugar un papel importante. Las mujeres que han tenido un infarto suelen ser mayores y tener más problemas de salud adicionales que los hombres, lo que puede influir en la decisión de los médicos a la hora de recetar ciertos fármacos.
También el peor nivel socioeconómico de las mujeres se relacionó con un incremento de las desigualdades, con una menor prescripción en mujeres que en hombres.
Por último, el estudio encontró que vivir en una zona urbana parece reducir estas diferencias entre hombres y mujeres. Las mujeres que residen en ciudades tienen más probabilidades de recibir los medicamentos recomendados en comparación con aquellas que viven en zonas rurales.
A pesar de los avances en la atención sanitaria a la enfermedad cardiovascular, se explica que sigue existiendo una brecha en la atención que puede afectar la recuperación y la calidad de vida de muchas mujeres. Por ello, las autoras insisten en que es necesario revisar las recomendaciones en la prescripción y fomentar políticas de salud que garanticen una atención equitativa para todos los pacientes.
