Manuela Martín
Salud
La música y los perros pueden mejorar la calidad de vida de los pacientes con alzhéimer
Algunas terapias no farmacológicas sirven para ralentizar el avance de esta enfermedad
Aunque el alzhéimer es tratado con tratamientos farmacológicos convencionales hay numerosas terapias no farmacológicas que sirven de apoyo para ralentizar su avance y que son cada vez más recomendadas por los especialistas para mejorar la calidad de vida de los pacientes, así como la de sus familiares y cuidadores, los cuales en muchos casos también sufren problemas físicos y psicológicos conocidos como el síndrome del cuidador.
Con las terapias farmacológicas conseguiremos reforzar las relaciones sociales, fortalecer el estado afectivo, incrementar la autonomía del enfermo en la medida de lo posible, prevenir su aislamiento y mejorar o controlar los trastornos de conducta.
Estimulación cognitiva
Esta técnica trabaja la memoria, el cálculo, la percepción, la atención y el lenguaje. Su objetivo es mantener y optimizar el funcionamiento de las capacidades cognitivas a través del aprendizaje.
Está más centrada en buscar capacidades cognitivas que compensen y sirvan como alternativa de las funciones perdidas.
Orientación a la realidad
Está centrada en el conocimiento a sí mismo y al medio que rodea al paciente durante el mayor tiempo posible. De ese modo, se busca reducir el malestar que genera en el enfermo el no saber quién es o el lugar y el momento en el que se encuentra.
Con esta terapia se trabajan las horas, días, meses y estaciones del año, mediante calendarios, relojes, observando la climatología, etc. También se analiza el lugar y el espacio en el que se encuentran y respecto al reconocimiento sobre sí mismo, se habla sobre su experiencia, las personas de su entorno y sobre ellos mismos.
Fisioterapia y ejercicio
La actividad física es esencial para nuestro cuerpo y mente y para las personas con Alzheimer especialmente. Realizar ejercicio ayudará a estar personas a dormir mejor, mejorar su estado de ánimo, mantener la movilidad, los reflejos, el equilibrio, la coordinación, la socialización, entre otras ventajas.
Con el ejercicio además conseguiremos mejorar la salud cardiovascular y evitar dolores de espalda.
Terapia ocupacional
Realizar actividades que nos mantengan ocupados y nos motive día a día es un gran estímulo para este tipo de pacientes.
Actividades como jardinería, costura, cocina, carpintería, entre muchas otras pueden ser de gran ayuda para trabajar aquellas capacidades que aún no se han perdido.
Terapia con perros
Las terapias con perros ayudan a los pacientes con Alzheimer en su estado de ánimo y emocional.
Musicotepapia
La música es otro gran recurso para trabajar la creatividad, las emociones e incluso la comunicación en las personas con Alzheimer.
La música estimula ciertas áreas de la memoria, la autoestima, los recuerdos y el bienestar de los pacientes.
Estimulación sensorial
En estas salas nos encontramos con materiales como pinturas de colores, música, sonidos de la naturaleza, diferentes texturas, colchonetas, etc., para estimular los ojos, nariz, boca, piel y oídos.