El coronavirus SARS-CoV-2 es todavía una gran desconocido que acumula numerosas incógnitas sin apenas respuestas firmes. En este sentido, la necesidad de conocer mejor la enfermedad, cómo se transmite y sus efectos es uno de los grandes retos pendientes. Aunque aún sea pronto para arrojar evidencias científicas, son varios los expertos que apuntan a las posibles secuelas respiratorias del COVID-19. En concreto, varios neumólogos señalan que las cicatrices del COVID-19 en los pulmones de los pacientes más graves, puede generar desde dificultades respiratorias crónicas a fibrosis pulmonar, en línea con un estudio realizado en Hong Kong con los primeros pacientes recuperados.
"Una posibilidad que se está evaluando es que tras los casos más graves de afectación pulmonar bilateral o haber padecido un distress respiratorio es que queden lesiones en el pulmón como fibrosis pulmonar o neumonía organizada. Este daño en el tejido pulmonar significa que en algunas zonas se pierde la estructura normal pulmonar y aparecen cicatrices que dificultan su funcionamiento", explica la doctora Rosario Menéndez, neumóloga y portavoz del Área de Infecciones Respiratorias de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (@SeparRespira).
Es decir, que una vez superada la enfermedad, algunos pacientes agudos podrían tener partes del pulmón atrofiadas o en malas condiciones de forma crónica. Para analizarlo mejor, el centro de investigación Barcelona Respiratory Network (@fundaciobrn) ha iniciado un estudio para evaluar las principales causas y consecuencias a largo plazo del virus con pacientes de los principales hospitales de Madrid y Barcelona, que tardará no obstante meses en dar resultados.
Afectaría a un 15-20% de los casos
La doctora tranquiliza a la población aclarando que "lo más probable es que las posibles secuelas aparezcan en los casos que han desarrollado formas más graves de enfermedad y no en las formas leves que son el 80% de los casos". Así, estima que los asintomáticos, aquellos que han tenido un poco de tos, o fiebre, probablemente no tengan secuelas. Aún así señala que estos tipos de neumonía grave son más frecuente en edades superiores a los 50-60 años, y por lo tanto sus potenciales secuelas se centrarán también en estas franjas de edad.
En la misma línea se muestra el doctor Joaquim Gea, Jefe de Servicio de Neumología del Hospital del Mar (@hospitaldelmar) y presidente de Barcelona Respiratory Network, quien a falta de datos totales estimaría en un 15% el grado de afectación grave, en base con los estudios llevados a cabo en China. "Una cantidad nada desdeñable debido a que sería un gran número de población", opina, pero que se debe confirmar en función de las características de cada población y territorio, objetivo principal del estudio que ha iniciado su organización en varios hospitales españoles.
Una nueva patología post-COVID
Según estiman los expertos, probablemente surja una entidad nueva post-COVID-19. "Toda esta gente ha pasado por un proceso, tanto del virus como del tratamiento de oxígeno, que va a generar unas patologías nuevas, que aunque se parezcan a algunas que ya conocemos como el asma o la tuberculosis, tengan un desarrollo diferente", explica el doctor Gea en referencia a los pacientes que han pasado por UCI y ventilación artificial.
"Un pulmón es como una esponja, que tras un virus de este tipo puede pasar a ser algo rígido, que no se dilata y contrae con facilidad", aclara el doctor, quien señala que la dificultad de este caso es que sus causas sigue siendo desconocidas y que la fibrosis no es la única secuela posible, aunque sí una de las más graves. "No sabemos cuánto durarán estos efectos, pero ya estamos viendo pacientes que están yendo en esa línea a través de pruebas como las radiografías, TACs torácicos y las pruebas funcionales respiratorias", añade.
Las tres tendencias más preocupantes
Tal como explica el doctor Gea, son básicamente tres las secuelas que se están observando después de sufrir una cicatrización anómala del pulmón tras una neumonías grave provocada por el COVID-19. "A partir de la neumonía bilateral con distrés o sin distrés, se pueden generar enfermedades intersticiales de tipo fibrótico, es decir, cicatrices fruto de la inflamación que no permiten que se intercambie bien el oxígeno, que dificultan que ese pulmón se hinche y deshinche, porque esta rígido", aclara el doctor.
"La otra posibilidad, que es secundaria a la propia enfermedad, es que el virus o las cicatrices que genera, rompen parte del pulmón y lo destruyen. Las lesiones o los pulmones atrofiados también pueden ser resultado de recurrir a la ventilación artificial en dosis altas, por lo que va a haber mucha gente que va a tener zonas de pulmón destruidas, parecido a lo que llamamos enfisema o a los efectos del tabaco", señala el doctor.
La última secuela que merece un foco especial, según los expertos, es la hiperreactividad bronquial. "Muchos virus cuando se curan dejan un efecto parecido al asma. Es decir, que el bronquio responde de forma anómala. Esto produce que ante estímulos variados como infecciones, se cierre", explica el doctor Gea. Las secuelas post-covid podrían ser una o una combinación de las tres opciones descritas.
Habrá que esperar aún meses
"Toda la información de factores de riesgo para padecer la enfermedad COVID-19, su curso clínico y evolutivo nos proporcionan importante información y experiencia en esta nueva enfermedad. Se está haciendo un seguimiento, si bien hay que tener en cuenta que llevamos algo más de un mes de esta pandemia en nuestro país y para tener datos a medio o largo plazo aún es pronto", considera la portavoz de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, Rosario Menéndez.
La detección precoz de los factores que hacen a un paciente empeorar de manera brusca es clave para poder encontrar tratamientos eficaces que no agudicen sus efectos, según apunta el doctor Gea. Por eso su proyecto, iniciado en el ámbito de la investigación universitaria, involucra a varios hospitales tanto públicos como privados están ya trabajando con un equipo técnico, para crear un esquema predictivo basado en tecnologías de imagen, deep learning y el seguimiento de pacientes afectados que ya han recibido el alta para extraer pruebas concluyentes. Pero para ello habrá que esperar, al menos, seis meses o incluso años en el caso de encontrar un tratamiento eficaz.
Sobre el autor:
Marta Jurado
Marta Jurado es periodista especializada en Sociedad, Economía, Cultura, Política y redactora en el diario digital 65Ymás desde sus inicios. Licenciada en Periodismo por la Universidad Carlos III y en Filología Inglesa por la UNED, ha trabajado en medios de tirada nacional como El Mundo y Público y las revistas Cambio16 y Energía16. Tiene además experiencia en comunicación corporativa de empresas e instituciones como BBVA o INJUVE.