Con el fin progresivo del confinamiento, son muchos los que, al permitirse de nuevo pisar la calle, no han dudado ni un minuto en salir a pasear o en comenzar a retomar poco a poco la vida social que el coronavirus les había arrebatado. Por otra parte, los hay que se han mostrado más prudentes y que han limitado sus salidas por miedo al contagio.
No obstante, hay un pequeño grupo de la población que está prefiriendo quedarse en casa, pero no sólo por miedo, sino porque se encuentran a gusto y no sienten la necesidad de salir, ya fuesen más o menos sociales antes de la pandemia. Es lo que se conoce como el Síndrome de la Cabaña. "Se trata de una tendencia al aislamiento y a estar en un entorno conocido y dominado", explica a 65Ymás el psiquiatra Luis González de Rivera, experto en este tipo de comportamientos.
"El síndrome lo describió un médico canadiense el siglo pasado, a través de la observación casual de los comportamientos de poblaciones aisladas que tenían que pasar gran parte del invierno en casa y, cuando llegaba la primavera, algunos de ellos no querían salir", comenta.
De esta manera, durante el proceso de desescalada, asegura, "la previsión es que nos encontremos con personas que se hayan acostumbrado tan bien al confinamiento que, cuando se de la posibilidad de salir, no quieran hacerlo".
Afecta especialmente a los mayores
"Hay muchos mayores que ya tenían este síndrome antes de la pandemia. Es decir, una tendencia a estar en casa y a no querer salir", apunta el doctor. Y es que, por su experiencia profesional, este psiquiatra ha podido observar que este comportamiento se da más en grupos de edad avanzada.
Y, por esta razón, deben tener más cuidado, ya que no querer salir puede no ser bueno para la salud, según el experto. "No se tiene que tomar este síndrome necesariamente como una patología, pero es cierto que estar entre cuatro paredes todos los días limita el desarrollo psicológico. Además, de forma inconsciente la persona se va aislando del mundo. Es importante que mantengan una cierta dosis de esfuerzo, como caminar, que es un ejercicio que se suele hacer fuera", puntualiza.
Por ello, el doctor recomienda tratar de salir, pero siempre con una "razón". "El primer paso es tener una motivación. Es muy importante mantener una actividad y autoimponerse una tarea. Salir por salir es tontería, hay que tener es un compromiso externo", concluye.
Sobre el autor:
Pablo Recio
Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica.
Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial.