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A pesar de una marcada reducción en la prevalencia de la demencia, el número de personas afectadas se duplicará para 2050, según el nuevo informe de Alzheimer Europa presentado esta semana en un almuerzo del Parlamento Europeo organizado por el eurodiputado Christophe Hansen (Luxemburgo).
Este nuevo informe presenta los resultados de su análisis colaborativo de estudios recientes de prevalencia y establece tasas de prevalencia actualizadas para la demencia en Europa. En las últimas tres décadas, se han llevado a cabo una serie de importantes trabajos para estimar la prevalencia de la demencia a nivel europeo. Se trata del Estudio EURODEM, realizado a Mujeres mayores de principios de los años 80 y actualizado en 2000; el Proyecto de Alzheimer Europe Colaboración europea sobre la demencia-EuroCoDe (2006-2008), y en tercer lugar, ALCOVE, primera acción conjunta de la UE sobre la demencia (2011-2013).
Como el más reciente de estos estudios tiene seis años, Alzheimer Europa reconoció la importancia de establecer estimaciones de prevalencia de demencia más recientes, utilizando la literatura académica más actualizada sobre el tema.
Los resultados presentados se basan en un análisis colaborativo de estudios de prevalencia publicados desde la conclusión del proyecto EuroCoDe. Se incluyeron un total de 16 estudios que cumplían criterios de calidad predenidos en el análisis colaborativo.
Según los resultados de esta investigación, tanto en los hombres como en las mujeres ha habido una reducción en la prevalencia de demencia en todos los grupos de edad en los últimos diez años en comparación con las estimaciones EuroCoDe 2008 de Alzheimer Europa.
El número de personas que padecen demencia en la Unión Europea (UE27) se estima en 7.853.705 y en los países europeos representados por miembros de AE, 9.780.678. En comparación con sus estimaciones anteriores, esto constituye una reducción signicativa de 8.785.645 para la UE27 y de 10.935.444 para la región europea en general.
Las mujeres, más afectadas que los hombres
Las mujeres continúan siendo desproporcionadamente afectadas por la demencia con 6.650.228 mujeres frente a 3.130.449 hombres. En 2018 había en España 580.758 mujeres frente a 271.984 hombres y dentro de 30 años se calcula que esas cifras serán de 1,1 millones y 589.000 respectivamente.
En general, el número de personas que la padecerán demencia casi se duplicará en 2050, aumentando a 14.298.671 en la Unión Europea y 18.846.286 en la región europea más amplia. En cuanto a España, el documento cifra en 852.741 las personas que padecían demencia el año pasado (1,83%), número que aumentará a más de 992.000 (2,13%) en 2025 y superará 1,7 millones (3,99%) en un plazo de 30 años.
El informe indica que se espera una "ligera disminución" de la población en España para el período 2018 y 2025, seguida de "una fuerte disminución" entre 2025 y 2050. España "supera ligeramente" la tendencia europea y un factor clave "parece ser" el significativo aumento de personas de más de 65 años y, en particular, del rango de edad de más de 85 años, que se duplicará entre 2018 y 2050.
El Anuario de Alzheimer Europe también destaca las limitaciones signicativas en la investigación disponible sobre la prevalencia de demencia y la falta de investigación acerca de la prevalencia de personas menores de 65 años con demencia, la prevalencia de diferentes tipos de demencia, el número de personas afectadas por diferentes etapas de demencia, incluido el deterioro cognitivo leve, y la prevalencia de demencia de personas pertenecientes a grupos étnicos minoritarios.
A la vista de estos datos, el director ejecutivo de Alzheimer Europa, Jean Georges, ha señalado que "es prometedor ver que estilos de vida más saludables, una mejor educación y un mejor control de los factores de riesgo cardiovascular parecen haber contribuido a una reducción de la prevalencia de la demencia".
"Sin embargo -ha proseguido-, nuestro informe también demuestra que el número de personas que viven con la afección aumentará sustancialmente en los años venideros, lo que solo ejercerá una mayor presión sobre los servicios de atención y apoyo a menos que se identiquen mejores formas de tratar y prevenir la demencia".
A su juicio, "si las personas con demencia, sus familias y cuidadores deben recibir la atención de alta calidad y centrada en la persona necesitan, los gobiernos deben asegurarse de que sus sistemas de salud y atención estén listos para satisfacer esta demanda y se necesitan mayores inversiones en investigación sobre el tratamiento y la prevención de la demencia".