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Oftalmólogos han advertido de lesiones en los ojos por evitar revisiones tras el confinamiento por la crisis del COVID-19, así como por el sol y el cloro durante este verano. Así, estos profesionales reivindican la necesidad e importancia de revisar la vista de personas mayores y con patologías previas, para prevenir lesiones que pueden causar incluso pérdida de visión.
Naira Huertas, oftalmóloga de Ribera Salud en el hospital Ribera Santa Justa, recomienda un examen exhaustivo de salud ocular para valorar posibles afecciones oculares post-confinamiento, para prevenir lesiones ocasionadas por el sol y el cloro y especialmente, para controlar a la población "de riesgo".
"Si en general no está de más que de vez en cuando realicemos alguna revisión, lo que es seguro es que deberían hacerlo de manera periódica personas con problemas en la vista asociadas a la edad, glaucoma (tanto el paciente con sus familiares de primer grado), pacientes con defectos de refracción como la miopía y la hipermetropía, diabéticos, hipertensos, aquellos con patologías corneales (como el queratocono) y con problemas de superficie ocular como los que presentan sequedad, queratitis o conjuntivitis", asegura esta especialista.
Y además de las personas de edad avanzada y con patologías previas, estos oftalmólogos recuerdan que, en verano, la alta radiación solar y el cloro de las piscinas pueden provocar lesiones importantes en los ojos, que debe controlar un especialista. La queratitis actínica es una de las lesiones más habituales en esta época del año "y se produce tras una exposición prolongada y sin protección al sol, provocando dolor, ojos rojos, lagrimeo y fotofobia, aunque los efectos suelen desaparecer en uno o dos días", según explica la doctora Huertas. Son habituales también las degeneraciones conjuntivales como el 'pterigium' (conocido como "uña") o la pingúecula y que pueden producir sequedad ocular, con producción de úlceras corneales, sensación de cuerpo extraño y problemas de refracción.
Los profesionales alertan también de afecciones en la retina, especialmente en el área macular y en el cristalino como consecuencia de la exposición prolongada a los rayos solares sin protección, acelerando por ejemplo el proceso de formación de cataratas. Por ello, la especialista en Oftalmología de Ribera Salud en el Hospital Universitario de Torrevieja Eva Salinas recomienda usar gafas de sol "adecuadas" en verano, para reducir la exposición a los rayos ultravioletas. Es muy importante que estén homologadas, para que los filtros sean los adecuados y así protejan los ojos. Como complemento, la doctora aconseja el uso de gorros y sombreros.
Cuidado con el cloro y el aire acondicionado
El cloro y el aire acondicionado afectan también a los ojos. "El cloro se utiliza como agente desinfectante en las piscinas y el exceso de éste o simplemente su presencia en el agua, puede producir en algunas personas irritación conjuntival tras 30-40 minutos de baño, provocando una conjuntivitis irritativa", explica la doctora Huertas. Así, advierte de que las personas que usan lentes de contacto deben tener "especial cuidado" porque son más proclives a contraer una queratitis infecciosa.
El jefe del Servicio de Oftalmología de Ribera Salud en el Hospital Universitario del Vinalopó, César Azrak, insiste en la importancia de usar gafas de natación en las piscinas, para evitar la exposición al cloro y las consiguientes infecciones e irritaciones en los ojos. El doctor explica que es necesario lavarse los ojos con agua dulce después de la piscina y, en la medida de lo posible, usar lentes de un solo uso, porque ejercen como esponja y su uso sin las medidas de protección e higiene adecuadas pueden derivar en infecciones o conjuntivitis.
Además, los oftalmólogos advierten sobre el efecto del aire acondicionado que, aunque imprescindible durante los meses de verano, "produce sequedad ocular que se traduce en molestias diarias continuas, empeorando nuestra calidad de vida". Para evitarlo, recomiendan usar lágrimas artificiales con ácido hialurónico y vitaminas que ayuden a nuestra película lagrimal a permanecer en la córnea durante más tiempo, minimizando los efectos indeseables de la sequedad ocular o incluso haciéndolos desaparecer.