Las temperaturas extremas registradas en los últimos días en España ya se estarían cobrando muertes.
Pese a que el calor extremo ha tardado en llegar a España, según las estimaciones del sistema de monitorización de la mortalidad del Instituto de Salud Carlos III, el MoMo, en todo el mes de julio se habría producido 771 muertes atribuibles a razones relacionadas con el calor y un exceso de defunciones por todas las causas de 824 personas.
La mayoría de estas defunciones se habrían producido en los momentos finales del mes y afectarían, según la previsión del organismo, sobre todo a ciudadanos de más de 65 años (97,4%), con una especial incidencia en los mayores de 85 (71,47%).
Cabe recordar que esta estimación no mide las muertes por golpes de calor como tal, sino las que se esperan por causas que pueden atribuirse a las altas temperaturas.
Y, explican, la cifra de 771 se obtiene haciendo diferencia "entre las defunciones esperadas con el efecto de la temperatura y las estimadas base".
En concreto, en 2023 hubo 3.009 defunciones atribuibles al exceso de calor, y, en 2022, se rozaron las 5.000, según las estimaciones del Instituto de Salud Carlos III.
¿Cómo mata el calor?
Ahora, cabe preguntarse, ¿de qué fallecen las personas que mueren por razones atribuibles a las altas temperaturas?
La respuesta no es sencilla, puesto que ocurren muchas cosas cuando un organismo se expone a calor extremo. Eso sí, se puede decir que una parte de los decesos por estas causas se producen por un fallo multiorgánico debido a la fiebre excesiva, la deshidratación y la incapacidad para termorregularse. Es más, en los casos que no derivan en muerte algunos órganos pueden quedar dañados.
"En los casos más extremos, el calor excesivo produce un golpe. Es un estado clínico en el que el cuerpo acumula mucho calor que no puede eliminar. La temperatura corporal puede subir a 41 °C, se acompaña de confusión, mareos y pulso rápido y es una urgencia vital que requiere un tratamiento rápido y enérgico", explicaba el portavoz de la Asociación Madrileña de Salud Pública (@amasap), Fernando García.
Con todo, matizaba: "La mayoría del exceso de muertes producido por el calor no se debe a golpes de calor o a agotamientos por calor, sino al agravamiento de enfermedades crónicas".
"Hay varios factores que acentúan los efectos nocivos del calor sobre la salud: la pobreza –sin acceso al aire acondicionado o a ventiladores–, las ciudades –con sus islas de calor que lo acentúan–, los barrios alejados de las zonas verdes y sin árboles, la falta de movilidad o el aislamiento social. Los ambientes muy húmedos también son muy nocivos, pues dificultan la evaporación del sudor", añadía.
Por ello, es importante actuar ante la aparición de los primeros síntomas:
la confusión y desorientación
el recalentamiento de la piel
la aceleración del pulso
la sensación de mareo y las náuseas
los escalofríos
el dolor de cabeza
la fiebre
la pérdida de conocimiento
la falta de saliva
En estos casos, es importante contactar con el sistema de salud cuanto antes. Y mientras llegan los servicios de emergencias, el paciente deberá intentar bajar la fiebre con algún tipo de paño empapado –aplicándolo en la frente, la nuca y las muñecas–, tumbarse con los pies hacia arriba –para evitar mareos– y beber agua.
Además, es imprescindible situarse en un lugar lo más fresco posible y sin exposición directa al sol.
Sobre el autor:
Pablo Recio
Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica.
Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial.