Salud

La OMS advierte de que el síndrome de ovario poliquístico está infradiagnosticado

Alba L. Marín

Foto: QUIRONSALUD

Domingo 23 de febrero de 2025

5 minutos

La enfermedad está relacionada con problemas de salud que afectan al bienestar físico y emocional

La OMS advierte de que el síndrome de ovario poliquístico está infradiagnosticado
Alba L. Marín

Foto: QUIRONSALUD

Domingo 23 de febrero de 2025

5 minutos

El síndrome de ovario poliquístico (SOPQ) afecta a entre el 6 y el 13% de las mujeres en edad fértil. Sobre esta cifra, la Organización Mundial de la Salud alerta de que en torno al 70% de los casos no están diagnosticados.

La importancia de la enfermedad radica en que es uno de los trastornos hormonales que más prevalencia tiene en las mujeres en edad de procrear. Sus efectos pueden derivar en otros problemas graves físicos o, incluso, psicológicos que provoquen estigmatización social.

¿En qué consiste el síndrome de ovario poliquístico?

El SOPQ es una afección de tipo hormonal que afecta a las mujeres en edad fértil, explica la organización. Suele comenzar en la adolescencia, aunque puede sufrir variaciones a lo largo del tiempo. Es una enfermedad que no tiene cura, pero ciertos tratamientos y cambios en el estilo de vida que pueden mejorar la situación de la mujer que lo padece.

Algunas consecuencias del síndrome más conocidas son los quistes en los ovarios y los desequilibrios hormonales, pero también puede manifestar menstruaciones irregulares -con falta de ovulación en muchos casos- y niveles excesivos de andrógenos (vello facial o corporal no deseado, pérdida de cabello, acné o niveles elevados de testosterona en la sangre).

Por todo ello, se trata de una de las principales causas de esterilidad en las mujeres. Sus efectos son variables, no solo dependiendo de la mujer en particular, sino también de la etnia -algunas etnias manifiestan una mayor prevalencia y, con ello, mayores complicaciones del metabolismo-. Se ha detectado más probabilidad de sufrir la dolencia en aquellas mujeres que tienen antecedentes familiares de la enfermedad, pero también aquellas con diabetes tipo 2.

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Sintomatología

Puesto que los síntomas del SOPQ pueden ser variables entre mujeres, pero también a lo largo del tiempo, solo se puede hablar de algunas coincidencias en la dolencia. A nivel físico suele ser habitual:

  • Menstruaciones abundantes, largas, intermitentes o imprevisibles o periodos sin menstruación
  • Esterilidad
  • Acné o piel grasa
  • Vello excesivo en la cara o el cuerpo
  • Alopecia o pérdida de cabello que sigue patrones masculinos
  • Aumento de peso, especialmente en la zona del vientre

La OMS incide en que las consecuencias psicológicas pueden ser trastornos de ansiedad y depresión, que generen a su vez una imagen negativa del propio cuerpo. Todo ello, sumado a algunas afecciones físicas que pueden causar estigmatización social, acaba repercutiendo en las relaciones familiares, laborales y el desarrollo en sociedad de la persona que lo sufre.

Además, el síndrome de ovario poliquístico aumenta las probabilidades de desarrollar otro tipo de patologías, como la diabetes tipo 2, hipertensión arterial, hipercolesterolemia (niveles altos de colesterol en sangre), enfermedades cardíacas y cáncer endometrial (del revestimiento interior del útero).

Tratamientos para paliar los síntomas

Como ya se ha explicado antes, el SOPQ no tiene cura. Sin embargo, se pueden realizar algunos cambios en el estilo de vida y acudir a profesionales médicos para lograr reducir el impacto de la dolencia.

Llevar una dieta saludable y realizar ejercicio físico puede ayudar en los casos de sobrepeso y, consecuentemente, también reducir el riesgo de padecer diabetes tipo 2. Para la regulación del ciclo ovárico, así como para reducir el acné y el crecimiento de vello no deseado se pueden tomar algunos medicamentos, siempre bajo prescripción o aprobación médica.

De igual manera, se debería acudir a un profesional para consultar sobre tratamientos para la infertilidad en caso de que la mujer desee quedarse embarazada, puesto que pueden conllevar ciertos riesgos.

Y por supuesto, en caso de que la enfermedad derive en trastornos de salud mental, acudir a un profesional de psicología para ayudar a gestionar y comenzar a disminuir la depresión y las situaciones de ansiedad.

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Alba L. Marín

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