Ignacio Casanueva
Ignacio Casanueva es redactor especializado en temas de tecnología y salud.
… saber más sobre el autorNotar que los objetos que nos rodean se desplazan, que nuestro entorno gira a nuestro alrededor muy rápido, o que nosotros lo hacemos alrededor de él, pudiendo caer en cualquier momento. Esta sensación es la que padecen las personas que tienen vértigo.
El vértigo es muchas veces confundido con un mareo al compartir éste también la sensación de inestabilidad e inseguridad. La diferencia está en la percepción del giro de los objetos. Es esta la que diferencia a los vértigos de cualquier otra patología. Quienes la padecen la describen como una sensación similar a la de una caída al vacío. Aun así ésta suele ir acompañada de otros síntomas como:
Estos síntomas adicionales habrá que comentárselos también al profesional sanitario, pues le servirán también para ayudar a diagnosticar la causa que los provoca.
Con total probabilidad el origen de los vértigos está en las alteraciones del oído. No significa que sea el único motivo ya que podemos padecer esta sensación tras un golpe en la cabeza, a causa de una tumoración, de un ictus, por la toma de determinados medicamentos, como los antibióticos, o incluso por variaciones de la tensión arterial.
Algunos vértigos, sobre todo los que tienen su causa en el oído, ocurren esporádicamente, pero pueden llegar a ser mucho más agresivos e incapacitantes. Hay ocasiones en las que los vértigos aparecen cuando nos acostamos de lado, la cabeza se mueve bruscamente o nos agachamos. En estas situaciones hablaríamos de vértigos posicional paroxístico benigno, producido por un desplazamiento del líquido del canal auditivo.
Cuando los episodios son repentinos y por tanto no predecible, esto causa muchas molestias en la vida dal paciente. Puede ocurrir tanto en reposo como en movimiento, lo que puede suponer un peligro dependiendo de la actividad que se esté realizando en el momento.
Para encontrar las causas que originan el vértigo, el médico realizará una serie de pruebas y exámenes para descartar causas hasta encontrar la correcta. Una vez dado el diagnóstico, el profesional sanitario nos pondrá el tratamiento adecuado.
Mientras tanto, os podemos dar consejos a seguir si padecemos un brote:
Con estas dos medidas, los síntomas suelen remitir al cabo de un rato. Pero en casos acentuados o frecuentes, el médico puede recetar fármacos antivertiginosos.