Manuela Martín
Salud
Las pantallas fomentan la vista cansada: así puedes evitarlo
Para retrasar la presbicia fruto del envejecimiento se recomienda seguir hábitos saludables
La pérdida gradual de la capacidad de los ojos para enfocar objetos cercanos es lo que se conoce como presbicia o vista cansada. Se trata de una afección que se empieza a manifestar entre los 40 y 45 años y continúa empeorando según vamos envejeciendo. Aunque está asociada principalmente a la edad, hay otros factores que pueden incentivar su aparición como el uso excesivo de pantallas.
¿Por qué se produce la presbicia?
La presbicia es causada por un endurecimiento de la lente natural que tenemos en el ojo para enfocar las imágenes a diferentes distancias llamada cristalino. Este endurecimiento o deterioro del cristalino, fruto principalmente del envejecimiento, le impide curvarse y cambiar de forma para enfocar correctamente al mirar algo que está cerca, haciendo que no veamos correctamente.
Sin embargo, cuando miramos algo que está lejos, el músculo se relaja y no necesita trabajar, por ello, sí podemos ver mejor las cosas que están a lo lejos.
Además de la edad, hay otros factores que pueden hacernos más propensos a padecer presbicia, entre los que se encuentran ciertas enfermedades o medicamentos, así como un consumo excesivo de pantallas.
Hay datos que apuntan que un 98% de las personas mayores de 65 años sufren este problema de vista.
Además, dado que los jóvenes son los principales consumidores de pantallas, especialmente la de los móviles y ordenadores, los oftalmólogos han comenzado a alertar de un adelanto en la edad de aparición de vista cansada.
Aunque es un problema que difícilmente se puede prevenir, hay una serie de hábitos que podemos modificar para tratar de retrasar su aparición, especialmente en lo relativo a las pantallas.
Es importante que, si por motivos laborales pasas muchas horas frente a la pantalla del ordenador, sigas algunas de estas recomendaciones:
- Descansos visuales: es aconsejable descansar nuestra vista cada veinte minutos. Bastaría con mirar a lo lejos durante unos minutos para que los músculos de nuestros ojos, así como el cristalino, se relajen.
- Brillo de la pantalla: los expertos recomiendan regular el brillo de la pantalla reduciéndolo para que no afecte tan directamente a los ojos.
- Distancia de lectura: es aconsejable posicionar nuestros objetos electrónicos a una distancia prudente que no sea demasiado cerca ni demasiado lejos para no forzar la vista.
- Posición: nuestra vista también sufre si la pantalla está demasiado baja o alta, por ello, utiliza soportes para hacer que tu pantalla esté a la altura correcta haciendo una línea recta entre tus ojos (cuando nuestra cabeza esté recta) y la pantalla.
Aunque podemos recurrir a las gafas o lentillas, es importante acudir al oftalmólogo para un diagnóstico precoz.