Caminar 10.000 pasos diarios es la marca conocida por todos para poder llevar una vida saludable y retrasar el envejecimiento. Sin embargo, un estudio publicado recientemente en la revista científica JAMA Cardiology, ha llegado a la conclusión de que las mujeres mayores de 60 años no tendrían que llegar a esta cantidad para obtener beneficios.
La Universidad de Buffalo (UB) ha sido la encargada de llevar a cabo esta investigación y tal y como explican en una nota de prensa, han contado con la ayuda de casi 6.000 mujeres de entre 63 y 99 años, que anduvieron en promedio 3.600 pasos al día a un ritmo normal.
Durante el seguimiento a estas participantes, que ha durado una media de 7,5 años, la Women's Health Initiative se centró en analizar los siguientes aspectos: actividad física, el tiempo sedentario y el riesgo de insuficiencia cardíaca. Sobre este último parámetro identificaron 407 de insuficiencia cardíaca.
Además de estos casos, los expertos se dieron cuenta de que el riesgo de desarrollar insuficiencia se reducía en promedio un 12% por cada 70 minutos diarios de actividades de intensidad ligera y un 16% por cada 30 minutos diarios dedicados a actividades de intensidad moderada. Y del mismo modo, aseguran que por cada hora y medio de sedentarismo, el riesgo aumenta un 17%.
Para llegar a estas conclusiones, el equipo facilitó a las participantes un acelerómetro que usaron durante siete días seguidos, exceptuando si estaban en el agua. Como actividades físicas calificadas como ligeras se incluyeron el cuidado personal, las tareas del hogar y el cuidado de personas. Mientras que entre las actividades de moderada a vigorosa, se encuentran caminar a ritmo normal, subir escaleras o trabajar en el jardín.
Se ha tenido en cuenta los dos subtipos de insuficiencia cardíaca
"En mujeres mayores, una mayor cantidad de actividades diarias ligeras y de intensidad moderada se asociaron con un menor riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada, independientemente de los factores demográficos y clínicos asociados con el riesgo de insuficiencia cardíaca", explica el autor principal del estudio, Michael J. LaMonte, profesor investigador de epidemiología y salud ambiental en la Escuela de Salud Pública y Profesiones Sanitarias de la UB.
En este sentido, "acumular 3.000 pasos por día podría ser un objetivo razonable que sería consistente con la cantidad de actividad diaria realizada por las mujeres en este estudio", matiza LaMonte.
Lo novedoso de este estudio es que el único que a día de hoy ha tenido en cuenta los dos subtipos de insuficiencia cardíaca: insuficiencia cardiaca con fracción de eyección preservaday la reducida. En lo que respecta a la primera, el equipo se dio cuenta de que el riesgo se reducía si se realizaba actividad diaria de intensidad más ligera y moderada. Mientras que el sedentarismo prolongado aumentaba el riesgo de desarrollarla.
"Este es un hallazgo importante y único de nuestro estudio porque hay muy pocos datos publicados sobre la actividad física y la insuficiencia cardiaca con fracción de eyección preservada, por lo que estamos proporcionando nueva información sobre la cual otros estudios pueden basarse", explica el autor principal.
Y añade: “Más importante aún, la insuficiencia cardiaca con fracción de eyección preservada es la forma más común de insuficiencia cardíaca observada en mujeres mayores y entre grupos raciales y étnicos minoritarios, y en la actualidad existen pocas opciones de tratamiento establecidas, lo que hace que la prevención primaria sea aún más relevante para la insuficiencia cardiaca con fracción de eyección preservada. La posibilidad de que las actividades ligeras de la vida diaria contribuyan a la prevención de la insuficiencia cardiaca con fracción de eyección preservada en mujeres mayores es un resultado interesante y prometedor que futuros estudios evaluarán en otros grupos, incluidos los hombres mayores”.
Los mayores deben mantenerse activos
Teniendo en cuenta estas conclusiones, LaMonte tiene claro cuál es el mensaje que debe llegar a los mayores: deben mantenerse activos para poder tener un envejecimiento saludable.
"Sin embargo, transmitir cuánta actividad es siempre un desafío para incorporarlo como parte de las recomendaciones clínicas y de salud pública. Los pasos por día se entienden fácilmente y se pueden medir mediante una variedad de dispositivos portátiles para ayudar a las personas a controlar sus niveles de actividad física", detalla el autor en la nota de prensa.
Por si todavía quedan dudas, LaMonte explica que la insuficiencia cardíaca se redujo en las personas que andaban alrededor de 2.500 pasos diarios, y la perspectiva mejora cuando los pasos aumentan a 3.600 pasos. En este caso el riesgo disminuye entre un 25% y un 30%.
"Nuestros resultados que muestran que la prevención de la insuficiencia cardíaca en mujeres mayores podría mejorarse caminando alrededor de 3.000 pasos por día al ritmo habitual es muy relevante dado el énfasis actual a nivel federal en identificar una cantidad de actividad física diaria que pueda compararse con los pasos. por día para la salud cardiovascular y la resiliencia para incorporar en futuras directrices de salud pública", concluye.
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.