Ignacio Casanueva
Ignacio Casanueva es redactor especializado en temas de tecnología y salud.
… saber más sobre el autorLos pies son una de las partes del cuerpo que más presión tienen al sostener sobre ellos todo el peso. No es de extrañar que los problemas que tengamos en ellos puedan afectar a otras partes del organismo como un dolor de espalda, de caderas o de rodilla. Para prevenir o solucionarlo entran en escena las plantillas.
El uso de plantillas es apropiado para ciertas actividades y personas que padecen alguno de los problemas mencionados. Es por ello que actualmente podamos encontrar una gran variedad de tipos, materiales y formas. Y es que las plantillas son dispositivos que tienen la finalidad de acomodar, corregir o modificar la pisada, evitando así que se desarrollen problemas físicos a largo plazo. Entre ellos destacan las patologías del talón, del empeine y de los dedos. Todos ellos pueden darse en cualquier persona, pero hay algunas más propensas: aquellas con el pie plano, las que padecen sobrepeso y las mujeres de más de 65 años.
Y es que actualmente las plantillas se utilizan cuando ya existe el problema, pero deben usarse para prevenirlos. Entre sus beneficios está el reparto homogéneo de las cargas y la ayuda a la estabilidad del pie. Con su uso se consigue que la cadera y la espalda estén totalmente equilibradas, evitando así hernias discales, lumbalgias, desviaciones de la columna, inflamación del sacro o rotaciones de cadera.
Si nuestra carga plantar es correcta, con un buen calzado será suficiente, pero dependiendo de los problemas o trabajos que realicemos deberemos prestarle atención a este complemento de nuestro calzado.
En este caso veremos que hay dos tipos de plantillas:
Estos soportes son más caros que una plantilla estándar, ya que todo el proceso de individualización, así como la mejor calidad de los materiales se traducen en una mayor durabilidad (una media de tres años). El precio puede variar desde los 100€ hasta pasar los 200€.