Ignacio Casanueva
Ignacio Casanueva es redactor especializado en temas de tecnología y salud.
… saber más sobre el autorYa están aquí. Las cenas, comidas, picoteos, cafés, etc. van a ocupar una gran parte de estos días navideños. En estas fechas cobran especial relevancia ya que en torno a ellas pasamos buenos momentos, nos ponemos al día con familiares y amigos, recordamos a los que nos han dejado, y creamos buenos recuerdos. Una ocasión en la que sacamos la artillería pesada y elaboramos platos típicos y especiales, pero todos tienen algo en común, el café y los postres van acompañados de los dulces tradicionales: polvorones, turrones y mazapanes.
Todos estos buenos momentos, y también excesos, pasan factura una vez que se han terminado las vacaciones navideñas. Los michelines nos quedan de recuerdo, y a veces unas analíticas en las que algunos niveles están disparados. Evitar la tentación y no abusar de estos dulces es el primer consejo para que luego el arrepentimiento no llame a nuestra puerta, pero si somos conscientes de que en algún momento vamos a pecar, siempre podremos elegir cuáles de estos alimentos es “menos malo”.
Lo primero que hay que indicar es que la gran e inmensa mayoría de los dulces navideños se encuentran colmados de azúcares libres como miel o azúcar blanca que se añade a los mismos para dar sabor, consistencia o incluso color por ejemplo los polvorones. En otros casos podemos encontrar también harinas refinadas, las cuales debemos evitar en nuestra dieta diaria, así como frutos secos con su alto aporte de fibra.
Con todo ello, hemos elaborado un listado prestando atención a los carbohidratos, grasas, fibras, etc. que aportan estos 3 dulces. El ranking quedaría así:
No hay que engañarse, nos referimos al turrón clásico, el duro. La clave de que este postre gane el oro son las almendras que lo componen. Dan una alta dosis de fibra, además de que sus grasas son sanas, no son saturadas, junto con las proteínas vegetales que actúan junto a la fibra para conseguir ese efecto saciante.
Ofrecen una elevada proporción de proteína y fibra, y en la mayoría de los casos sus grasas son insaturadas. Ocupa el segundo puesto ya que es, en comparación con los otros dos, el dulce que más azúcares lleva por cada 100gr. (casi la mitad).
Su último puesto se debe a que no aportan ni proteínas ni fibra, por lo que no tienen efecto saciante, además de estar repletos de azúcares y harinas refinadas.