Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorEn relación al uso de las mascarillas, se han viralizado diversos bulos en cadenas de mensaje de Whatsapp o publicaciones en redes sociales como un texto que dice que superponer dos mascarillas puede aumentar la capacidad de protección, o que las personas infectadas por coronavirus deben llevar la parte de color de la mascarilla quirúrgica hacia fuera para evitar contaminar a los demás, mientras que las personas sanas deberían llevarla hacia dentro para protegerse a sí misma de partículas en el ambiente. Sin embargo, estas no son las recomendaciones de los expertos. Los expertos opinan que ponerse dos mascarillas no va a prevenir nada y sí puede suponer un riesgo porque se pueden mover más, y las tocaremos más para colocarlas.
El 20 de mayo de 2020 el gobierno español estableció el uso obligatorio de la mascarilla en los espacios públicos en los que no se pueda llevar a cabo el distanciamiento social de dos metros como mínimo. Desde entonces varias comunidades autónomas han aprobado el uso obligatorio de mascarillas incluso en situaciones en las que se pueda mantener la distancia social. Esta normativa implica que debemos saber cómo usar bien las mascarillas. Y para ello, el Ministerio de Consumo lanzó una guía con un conjunto de recomendaciones a tener en cuenta por la población a la hora de comprar y utilizarlas en la que señala que en ningún caso es recomendable dar la vuelta a la mascarilla, y que hacerlo no aumentará su durabilidad ni eficacia.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las mascarillas quirúrgicas “están hechas con un mínimo de tres capas de materiales sintéticos no tejidos, y están configuradas para tener capas de filtración intercaladas en el medio”. Una capa externa (generalmente de color), impermeable y repelente de fluidos, una intermedia, que actúa como un filtro antibacteriano, y una Interna que absorbe la humedad que exhalamos al respirar. Debido a su diseño, el filtrado no tiene las mismas características en un sentido y en otro, y su colocación errónea puede ser causante de una menor protección. La colocación con la parte impermeable (de color) hacia dentro puede dificultar la respiración y acumulo de humedad en la cara. Por otro lado, dejar la cara absorbente de humedad hacia el exterior favorecerá la contaminación de la mascarilla por agentes externos, tal y como indica el Sistema Español de Notificación en Seguridad en Anestesia y Reanimación.
Las mascarillas han pasado tests de capacidad de filtración y de resistencia a la respirabilidad. Por ello, una mascarilla se ha de usar como se indica. Desde El portal sanitario de la Región de Murcia indican que “no se han encontrado ensayos clínicos, ni documentación científica que justifique que el usar dos mascarillas quirúrgicas aumente el nivel de protección y tampoco se han estudiado los posibles riesgos de dicha práctica”.
Como os contamos en este otro artículo los pasos a seguir son dejar la parte impermeable, que es la de color, hacia afuera, manipular las gomas elásticas y realizar un nudo de modo que quede lo más pegado posible al comienzo de la tela; ponerse la mascarilla en la cara y después readaptarla de manera que cubra de nariz y la barbilla.