Ignacio Casanueva
Ignacio Casanueva es redactor especializado en temas de tecnología y salud.
… saber más sobre el autorAguacate, salmón, aceite oliva virgen extra, anacardos, chía… todos estos alimentos tienen un beneficio en común: el Omega-3. Este componente destaca por los beneficios hacia el organismo, en concreto al corazón y sistema cardiovascular. Pero ¿en qué se basa esta fama?
Un nuevo estudio ha proporcionado un análisis más completo del papel de la dosis de omega-3 en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Se trata de un gran análisis de 40 ensayos clínicos en los que se autorizó el consumo de más grasas omega-3 (tipos EPA Y DHA).
Los omega-3 EPA y DHA son ácidos grasos de origen marino de cadena larga. Comer pescado, especialmente pescado graso como el salmón, las anchoas y las sardinas, es la forma óptima de obtener omega-3 EPA y DHA, ya que el pescado también proporciona otros nutrientes beneficiosos. Sin embargo, la mayoría de las personas en todo el mundo comen mucho menos de la cantidad de pescado recomendada, por lo que la suplementación con omega-3 ayuda a cerrar la brecha.
Esta investigación está publicada por la revista Mayo Clinic Proceedings y concluye que la ingesta de estos dos tipos de Omega-3 se asocian a la reducción de infartos de miocardio, ataques cardíacos, etc. Unas enfermedades cardiovasculares que cada año cuestan la mida a más de 7,4 millones de muertes en todo el mundo.
En este estudio se pudo comprobar que aumentar la dosis de este componente incrementaba los beneficios. Agregar 1000mg adicionales al día disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares: el riesgo de eventos de enfermedad cardiovascular disminuyó en un 5,8% y el riesgo de ataque cardíaco en un 9%. El estudio analizó dosis de hasta 5500 mg/día.
"La gente debería considerar los beneficios de los suplementos de omega-3, en dosis de 1.000 a 2.000 mg por día, mucho más de lo que es típico, incluso entre las personas que comen pescado con regularidad", añade el doctor Carl Lavie, uno de los autores del estudio.
"Dada la seguridad y el potencial reducido de interacción con otros medicamentos, los resultados positivos de este estudio sugieren firmemente que los suplementos de omega-3 son una forma de alto impacto y costo relativamente bajo para mejorar la salud del corazón con pocos riesgos asociados y deben considerarse como parte de un tratamiento preventivo estándar para la mayoría de los pacientes con enfermedades cardiovasculares y los que se recuperan de un infarto de miocardio", añade.